1800
tras una larga investigación, Alessandro Volta envía una carta a la
Royal Society of London dando a conocer su invento, la pila
eléctrica.
Condecorado
por Napoleón Bonaparte por el invento de la pila eléctrica, el
italiano Alessandro Volta (1745–1827)
no siempre tuvo a la comunidad internacional a su favor. El físico
demostró que no eran los cuerpos de los animales sino el contacto de
dos metales lo que producía
una corriente eléctrica,
algo entonces revolucionario, que desmontaba las teorías anteriores
y que provocó fuertes controversias entre los científicos de la
época.
Su
vida también empezó saliéndose de los cánones establecidos.
Nacido en una familia aristocrática, sus padres se alarmaron porque
no empezó a hablar hasta los cuatro años, pero esta tardanza no
perjudicó a su desarrollo intelectual posterior: además
del italiano, aprendió latín, francés, alemán, inglés, español,
holandés, ruso y griego antiguo.
Desde
joven mostró una gran afición al estudio de los fenómenos
naturales. Recibió su primera formación en el colegio de jesuitas
de su localidad natal, y, en oposición a sus padres, quienes le
querían abogado, y a los maestros, que pretendían llevarle al
estado religioso, abandonó los estudios regulares y emprendió por
su cuenta el cultivo de la física.
A
los dieciocho años mantenía ya correspondencia con los principales
electrólogos europeos.
En
1775, su interés por la electricidad le llevó a inventar (o más
precisamente, mejoró, dio nombre y popularizó una versión
anterior): un artefacto conocido como electróforo, empleado para
generar electricidad estática.
Interesado
también por la química, Volta descubrió que el aire inflamable
emanado de los pantanos era
en realidad un gas,
el metano, que provenía de la materia vegetal y animal en
descomposición. El hallazgo le llevó a sustituir el aceite de las
lámparas por metano y a crear la lámpara de Volta.
En
el curso de las investigaciones que llevó a cabo por espacio de tres
años pudo comprobar una serie de propiedades que le permitieron la
construcción de la primera pila eléctrica. La demostración,
realizada en 1800, del funcionamiento de la primera pila eléctrica
puso fin a las anteriores controversias y certificó la victoria del
bando favorable a las tesis de Volta; un verdadero triunfo, que, sin
embargo, no alteró la bondadosa serenidad del ilustre científico.
La
pila se convirtió en la primera fuente continua de corriente
eléctrica y fue decisiva en el estudio
del elctromagnetismo
y en el desarrollo de los equipos eléctricos.
Un
año más tarde, Volta efectuó ante Napoleón
una nueva demostración de su generador de corriente. Impresionado,
el emperador francés nombró a Volta conde y senador del reino de
Lombardía. El emperador de Austria, por su parte, lo designó
director de la facultad de filosofía de la Universidad de Padua en
1815. Descubierta la pila, toda la actividad de Volta se orientó
hacia el estudio de sus propiedades estrictamente eléctricas, como
la intensidad y la conductividad, campo en el que realizó ya algunos
importantes avances y anticipó otros.
Hombre
excepcional por cultura, amplitud de juicio, vigor de ingenio, fuerza
dialéctica, habilidad experimental, rectitud moral y fe religiosa,
el sabio falleció admirado y llorado por todo el mundo de la
ciencia, y legó a la posteridad el claro ejemplo de su vida y el
gran beneficio de su obra. La unidad de fuerza electromotriz del
Sistema Internacional lleva el nombre de voltio en su honor desde el
año 1881, el Congreso Internacional de Electricidad aprobó el
voltio como unidad de la fuerza electromotriz, y cráter
lunar y un asteroide llevan su apellido.
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