Era
un impuesto inmobiliario heredado de la Edad Media.
De
origen medieval, consistía en la obligación de ceder parte de la
vivienda para
alojar temporalmente a funcionarios reales,
séquitos o militares de alto rango.
Después
llegó
a ser un impuesto de Madrid,
al establecer Felipe II la capital en dicha ciudad en 1561.
Este
término de regalía de aposento nos lleva al de “casas de
malicia”, un
delito inmobiliario que consistía en evitar este impuesto.
Para
ello se construían casas que sólo mostraban una planta superior y
trataban
de ocultar la disponibilidad de espacios adicionales,
como un ático.
En
el actual barrio madrileño de las Letras, la casa de Lope
–situada en la calle de Cervantes, 11– sería una casa de malicia
porque desde fuera sólo se ve una planta superior cuando tiene dos,
pero el
Fénix de los Ingenios pagaba la regalía de aposento religiosamente.
Se
sabe que Lope alojó en su vivienda al capitán Alonso de Contreras,
en quien se inspiró Pérez-Reverte para crear el personaje
protagonista de la colección literaria de las aventuras del capitán
Alatriste.
Hoy
día, la casa de Lope es un museo que recrea las estancias como
habrían sido en el Siglo de Oro. Se considera como
mejor ejemplo de casa de malicia con regalía de aposento
la vivienda de Lope de Vega en el barrio de las Letras madrileño.
Como
la Corte raramente se movió de Madrid, los
habitantes de la ciudad tuvieron que convivir con este impuesto
hasta el siglo XIX, cuando finalmente desapareció.
Hoy
día, en Madrid es
casi excepcional encontrar este tipo de casas
debido a las numerosas reformas urbanísticas realizadas a lo largo
de la Historia.
Sólo
en el barrio de las Letras podemos ver los últimos ejemplos de este
tipo de construcciones medievales.
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