Humanista
y pensador español. El pensamiento de Vives es uno de los
máximos exponentes del humanismo renacentista: trató de rescatar el
pensamiento de Aristóteles, descargándolo de las interpretaciones
escolásticas medievales, y sustentó una ética inspirada en Platón
y en los estoicos. Pero, más que plantear teorías de altos vuelos,
Luis Vives fue un hombre ecléctico y universalista, que avanzó
ideas innovadoras en múltiples materias
filosóficas, teológicas, pedagógicas y políticas, y propuso
acciones en favor de la paz internacional, la unidad de los europeos
y la atención a los pobres. Su obra Tratado
del socorro de los pobres
analiza y sistematiza la organización de ayuda a los
pobres y cómo debe hacerse. Por ello es considerado la primera
persona en Europa en llevar a la práctica un "servicio
organizado de asistencia social" mediante
su tratado. Fue por tanto el precursor
de la organización futura de los servicios sociales en Europa, y por
tanto, uno de los precursores de la intervención del Estado
organizada y asistencial a los necesitados.
Sus
escritos, todos en latín, son aproximadamente unos sesenta. La
variedad de esta obra y su valor de innovación revela su
honda
calidad humana
que insiste en problemas de métodos, por lo que ante
todo es un pedagogo y un psicólogo.
Atribuye
a la psicología el estudio empírico de los procesos espirituales y
estudia la teoría de los afectos, de la memoria y de la asociación
de las ideas, por lo que se le considera como precursor
de la antropología del siglo XVII y de la moderna psicología.
Propone
una renovación y un planteamiento más científico de la enseñanza
frente a la artificiosidad y vacuidad escolástica y retórica del
tiempo. La enseñanza habrá de realizarse además de acuerdo con la
naturaleza y personalidad del alumno, es decir, la
psicología ha de ser la base de la pedagogía.
En realidad, Vives supera ya el humanismo y marca el tránsito de la
pedagogía a la edad moderna y la instauración de la psicología
como ciencia experimental, precediendo a Descartes
y a Bacon.
Lo
importante en Vives es su preocupación
por aquellos aspectos más inmediatos de la realidad humana;
con un profundo
conocimiento del hombre y de su historia;
pudo intuir las decadencias de su época, al tiempo que su concepción
prudentemente optimista de la vida le impulsaba a renovar esta
realidad. Católico, comprensivo y tolerante, dotado de un gran
sentido de la realidad, Vives va aplicando estos módulos invariables
de su conocimiento a los problemas que estudia.
Su
vida y su obra se han hecho modelo de universalidad y profundidad, de
pasmosa seguridad; su actitud fue la del mejor humanismo, pero
ensalzado por virtudes más universales de sobriedad y mesura, de una
profunda
soledad y comprensión del fenómeno humano,
a través de la cual este humanismo cobró características más
trascendentales que las brillantes y entusiastas de la época.
Preocupado
en general por los problemas de su tiempo, escribe Vives una
serie de obras, siempre de temas concretos y con propuestas de
soluciones. Entre sus abundantes obras cabe destacar los tratados
Sobre el alma y la vida (1538) y Sobre la verdadera fe
cristiana (1543).
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