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¿QUÉ FUE LA GUERRA DE LOS PASTELES?


Un día como hoy en 1839 se firma oficialmente en Veracruz el tratado de paz entre México y Francia, que da fin a la Guerra de los Pasteles, primer conflicto bélico entre ambos países, que tuvo su origen el 16 de abril de 1838 cuando comerciantes franceses avecindados en México enviaron una serie de reclamaciones, entre las que se encontraba la del señor Remontel, dueño de un restaurante en la villa de Tacubaya (actual barrio de México D.F.), en las cuales afirmaba que en 1832 algunos oficiales del presidente Santa Anna se habían comido unos pasteles sin pagar la cuenta, por lo cual exigía ser indemnizado. México pagó 600.000 pesos en concepto de indemnizaciones a comerciantes franceces y Francia retiró la flota invasora y devolv las naves incautadas. 

 
La Guerra de los Pasteles fue el primer conflicto bélico entre México y Francia, y formalmente, tuvo lugar entre el 16 de abril de 1838 y el 9 de marzo de 1839. Recapitulemos: las primeras décadas de la historia Independiente de México fueron de anarquía y desorden en los aspectos económico, político y demográfico. La inestabilidad del país se reflejaba en todos los órdenes de la sociedad y, en particular, en las fronteras la migración ilegal y el contrabando eran comunes por la falta de vigilancia. Debido a esto, México estaba en la mira de los países extranjeros, dispuestos a intervenir cuando lo consideraran oportuno.
A partir de la consumación de la Independiente en 1821, los franceses, que profesaban la misma religión y además pertenecían a una cultura que influía enormemente en la mexicana, pudieron radicarse en el país, consagrándose al comercio, la pequeña industria, el artesanado e ingresando en el ejército nacional.
En 1827, se había celebrado un convenio con Francia bajo el nombre de "Declaraciones Provisionales", que sentaban las bases para el futuro arreglo de las relaciones entre ambos países.
La colonia francesa era próspera y bien vista cuando Francia reconoció en 1830 la Independencia y en el momento en que se firmaron los acuerdos comerciales de 1831 y 1832 que otorgaron a la nación francesa y sus ciudadanos el tratamiento de nación más favorecida.
Las rebeliones y asonadas ocurridas en las primeras décadas afectaron tanto a los mexicanos y extranjeros, al igual que los préstamos forzosos que el gobierno impuso a la población para salir de sus apuros económicos.
De esos hechos y a través del barón Deffaudis, embajador de francés, los comerciantes franceses avecinados en México enviaron una serie de reclamaciones que fueron recibidas en Paris con alarma.
Entre estas reclamaciones, se encontraba la del señor Remontel, dueño de un restaurante de Tacubaya, donde algunos oficiales del presidente Santa Anna en 1832 se habían comido unos pasteles sin pagar la cuenta, por lo cual exigía ser indemnizado. Ese fue el motivo por el que el pueblo mexicano identificara a esta guerra con Francia con el nombre de "Guerra de los Pasteles".
Deffaudis, en un comunicado a su gobierno, le indicaba que había que actuar con energía. Al responder el Ministro de Relaciones a las reclamaciones francesas y no estar de acuerdo, Deffaudis pidió sus pasaportes, abandonó México y regresó a Francia para volver en marzo acompañado de diez barcos de guerra que apoyaban las reclamaciones de su gobierno.
Deffaudis redactó el 21 de ese mes un ultimátum al gobierno exigiéndole el pago de seiscientos mil pesos para cubrir daños ocasionados a los franceses; exigía también que fueran retirados varios oficiales del ejército y se excluyera a los franceses de los préstamos forzosos expidiendo una ley especial.
Fondearon frente a la Isla Sacrificios, Veracruz, amenazando con invadir el territorio mexicano si México no cumplía las condiciones de Deffaudis.
Como el gobierno de Anastasio Bustamante se negaba a tratar con Deffaudis mientras hubiera fuerzas navales francesas frente a Veracruz, el comandante de éstas, almirante Bazoche, declaró bloqueados todos los puertos del Golfo, incautó las naves mercantes mexicanas, comenzando de esta manera un bloqueo que duraría ocho meses, desde el 16 de abril de 1838 que se rompieron las relaciones.
Al ver que México no cedía ante la presión, Francia envió en octubre veinte barcos más bajo el mando del contraalmirante Charles Baudin y se reunió en Jalapa con el ministro de relaciones interiores y exteriores de México, don Luis G. Cuevas, quien se negó a excluir a los franceses de préstamos forzosos y de ventajas comerciales. Aceptó pagar la indemnización de seiscientos mil pesos en un plazo de seis meses.
Inconforme, Baudin amenazó con iniciar las hostilidades el 27 de noviembre, lo cual realizaron 26 navíos con cuatro mil hombres, que atacaron San Juan de Ulúa causando graves daños y gran numero de muertos.
Retirado desde su regreso de Estados Unidos, Santa Anna observó los movimientos de la escuadra enemiga y decid actuar.
Se entrevistó con Rincón y ante la grave situación aceptó el consejo de los oficiales de rendir fortaleza. Los franceses obligaron a Rincón a reducir la guarnición de Veracruz a mil hombres y a recibir a los expedicionarios e indemnizarlos.
El Congreso desautorizó a Rincón y nombró a Santa Anna defensor de Veracruz. Éste llamó a Mariano Arista, quien fue hecho prisionero al ser sorprendidos por los franceses, mientras Santa Anna logró escapar.
Las tropas francesas atacaron varios puntos fuertes y cuando se retiraban, Santa Anna, que había recibido refuerzos, intentó atacar en el muelle al contra-almirante Baudin, las cuales contraatacaron utilizando un cañón que mató al caballo de Aanta Anna destrozándole a éste la pierna izquierda, forzando el ejército nacional a abandonar Veracruz. Este hecho provocó en la capital descontento, culpándose al presidente Bustamante de esos hechos.
La intervención de Santa Anna en la defensa de Veracruz le sirvió para recuperar su prestigio, lo que capitalizó muy bien, habiendo logrado que lo propusieran para ocupar la presidencia en tanto Bustamante salía a combatir un alzamiento federalista en Tampico.
Como presidente interino, Santa Anna se dio cuenta de que resultaba conveniente llegar a un arreglo con Francia, ya que Baudin había levantado el bloqueo de los puertos controlados por los federalistas.
Por otra parte, el ministro inglés Richard Pakenham intervino con el fin de evitar daños al comercio británico, quien consiguió reunir a los representantes mexicanos con el contraalmirante Baudin.
El 9 de marzo de 1839 se firmó un tratado de paz, en el cual México se comprometió a pagar las indemnizaciones exigidas (seiscientos mil pesos en total), en plazos cómodos y del modo que menos podía perjudicar el erario nacional. Francia retiró, a cambio, la flota invasora, desistió de la indemnización a los gastos de guerra y el desconocimiento de las Declaraciones Provisionales de 1827 devolviendo además las naves incautadas.
Esta guerra no impidió que Francia siguiera ejerciendo gran influencia en el desarrollo cultural de México.

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