En
Caroline
Herschel
se dio la mágica combinación de música y de ciencia, y fue
la primera mujer que detectó un cometa,
para descubrir después siete más. En su honor, unos de los cráteres
de la luna se llama Caroline
Herschel.
Pero estas son solo pinceladas sobre la biografía de una mujer que
dedicó su vida al estudio del universo y que pudo cambiar su destino
de ama de casa para ser científica. Nacida en Hannover, —entonces
Prusia, actualmente
Alemania—,
el 16 de marzo de 1750, fue ayudante de su hermano, William Herschel,
quien descubrió el planeta Urano en 1781 y trabajó para el rey
Jorge III de Inglaterra.
Caroline
fue
fruto de progenitores con una visión distinta del mundo. Su padre
fue un músico cultural que quiso dar a sus hijos una formación en
distintas disciplinas, desde la música hasta la astronomía y los
idiomas. Su madre, no obstante, pensaba que bastaba a las mujeres
saber leer o escribir para guiar sus hogares. Su padre le dio
lecciones a escondidas de música y de astronomía;
pero murió en 1762.
Un
viaje acompañando a su hermano hasta Inglaterra, que trabajaba en
Bath como director de orquesta y organista, cambió la vida de
Caroline, que estaba destinada al cuidado de su casa, siguiendo los
designios maternos. William
Herschel
le dio a su hermana clases de matemáticas, astronomía e inglés,
mientras que, gracias a él, pudo continuar también con su formación
en música, hasta llegar a ser una gran
soprano.
William
recibió el título de Astrónomo Real en 1781 tras descubrir el
planeta Urano,
y, desde ese momento, ambos hermanos se dedicaron al estudio
del firmamento.
Caroline colaboró con su hermano en el diseño y construcción
de los telescopios y en la catalogación de sus observaciones;
juntos descubrieron mil estrellas dobles. No obstante, los hallazgos
individuales de Caroline apenas recibieron crédito. Gracias a un
sueldo asignado por el rey Jorge III como ayudante de su hermano, eso
sí, logró independencia económica.
Tras
su retorno a Hannover, una vez muerto su hermano, Caroline recibió
numerosos honores. Entre ellos,
la medalla de oro de la Royal
Astronomical Society,
en 1828, sociedad de la que fue nombrada
miembro honorario en 1835,
a los 85 años de edad. Murió en 1848, a los 97 años de edad.
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