¿Te
has preguntado alguna vez qué hay detrás de una llamada de móvil a
móvil? Te desvelamos todos los secretos de la magia de la conexión.
Cuando
un niño abre un grifo no puede disimular su cara de asombro al ver
que sale agua. Lo mismo le ocurre cuando pulsa al interruptor de la
luz y la habitación se ilumina. Son acciones tan cotidianas que los
adultos, con nuestra mermada capacidad de asombro, ya no somos
capaces de admirar. A ojos de un niño son procesos casi mágicos, y
a poco que los mayores nos detuviéramos a pensarlo, nos daríamos
cuenta de lo extraordinario que hay detrás de muchas de nuestras
pequeñas rutinas.
¿Nos
hemos parado a pensar qué ocurre cuando llamamos a alguien al móvil?
¿No es realmente sorprendente que nuestro interlocutor, esté donde
esté, pueda comunicarse con nosotros en cuestión de segundos?
Podría parecer un gran truco de magia, pero detrás de este
asombroso hito de las telecomunicaciones hay un complejísimo
entramado tecnológico que nos permite viajar con nuestra voz a
cualquier punto del planeta en un instante.
El desafío de la movilidad
Antes
de la irrupción del móvil, el proceso de una llamada telefónica
era más sencillo, fundamentalmente porque sabíamos dónde estaba el
receptor de la llamada: en su casa, en su oficina, siempre junto a un
terminal fijo. El prefijo y el número del teléfono nos indicaban
hacia dónde había que dirigir la llamada.
Pero
cuando aparecieron los terminales móviles surgió un nuevo reto:
encontrar al interlocutor estuviera donde estuviera, incluso si se
encontraba en pleno desplazamiento. “En el mundo de las
telecomunicaciones móviles, la red debe resolver dos problemas
fundamentales: a quién va destinada la llamada y cómo se llega
hasta ese sujeto”. Así lo resume Teresa Herrero, Gerente de
Estrategia y Capacidad de Red de Telefónica.
Para
hacer esto posible es necesaria una compleja infraestructura,
compuesta principalmente de estaciones base, controladores radio,
centrales de conmutación, kilómetros de cable y bases de datos.
Además de una supervisión permanente y en tiempo real para
garantizar la calidad de cada una de los más de 300 millones de
llamadas que se producen cada día en un país como España.
Un viaje que comienza en el aire
Cada
vez que marcamos un número de teléfono, nuestra petición de
llamada “vuela” a través de las ondas electromagnéticas, que
emiten en una frecuencia determinada dentro del espectro reservado
para este tipo de servicio, hasta una de las más de 22.000
estaciones base que Telefónica tiene desplegadas en nuestro país.
Estas
estaciones base son las que garantizan la cobertura y, conforme nos
desplazamos, nuestra señal va pasando de una a otra, según su
proximidad. “Cada estación base puede cubrir hasta 70 km si las
condiciones de propagación son óptimas, pero Telefónica tiene las
estaciones mucho más próximas entre sí para garantizar la mejor
cobertura”, nos explica Andrés Ruiz, Gerente de Optimización
Radio de Telefónica. En ocasiones, cuando hay un aumento del número
de usuarios -por ejemplo, en verano en las playas, o en grandes
concentraciones de gente como un mundial de fútbol- es necesario
reforzar la cobertura de las estaciones base con otros sistemas, que
normalmente son vehículos que se desplazan hasta esos lugares para
atender el aumento de la demanda telefónica.
Toda
la gestión del desplazamiento de nuestro móvil se hace a través de
los controladores radio: “El controlador radio es una especie de
inteligencia que controla los recursos de la estación base y además
coordina su funcionamiento. Por ejemplo, cuando una llamada tiene que
pasar de una zona de cobertura a otra, el controlador radio coordina
ese proceso” prosigue. “Para poder entender la importancia de las
estaciones base en todo este proceso hay que pensar que cada una
puede gestionar simultáneamente hasta 300 llamadas y en una hora de
gran actividad puede atender hasta a 5.000 clientes”.
Núcleo de red: el corazón del sistema
Pero
pese a lo que pudiera pensarse, nuestras llamadas de móvil no viajan
solo por el aire, de antena en antena: “Una vez que la llamada sale
de la estación base, pasa al núcleo de red. El núcleo de red es un
conjunto de infraestructuras – centrales, bases de datos,
kilómetros de cable - que se encarga de la conexión y de la
prestación de los servicios de voz y de datos de la red móvil”,
nos explica Jorge de los Ríos, Gerente de Planificación e
Ingeniería de Control y Núcleo de Red de Telefónica.
El
núcleo de red es el corazón del sistema y este es el encargado de
localizar al destinatario de la llamada, decidir la mejor ruta para
llegar hasta él y encaminarla hasta su terminal.
De
la estación base, la llamada se dirige, ya por tierra, hasta una de
las centrales de red móvil que tiene Telefónica en España. Cada
central consta de dos partes, el MSC o Mobile
Switching Center y
el media
gateway o
pasarela. El MSC es el encargado de contactar con una gigantesca base
de datos, denominada FNR (Flexible
Number Register),
que tiene más de 40 millones de registros. En ella se comprueba si
el receptor de nuestra llamada es cliente de Movistar. Si no es así,
la llamada se dirige a las redes de otro operador. Si es abonado de
Movistar, la llamada continúa su viaje por la red de Telefónica.
Una
vez comprobado que el destinatario es un cliente de Telefónica, es
necesario consultar otra base de datos, el HLR o Home
Location Register,
donde se verifican algunos de sus datos. “EL HLR contiene la
información necesaria para establecer la comunicación con el
cliente: su identidad para la red, los servicios que tienen
contratados, su número de buzón de voz... Pero su labor fundamental
consiste en localizar al receptor. EL HLR tiene siempre localizados
todos los teléfonos, incluso antes de que se produzca la llamada”,
nos aclara Jorge.
De
hecho, cada vez que activamos nuestro teléfono móvil, este envía
una señal a la estación base más próxima, que comunica a una
central nuestra localización, que es enviada al HLR. Según nos
desplazamos, nuestra señal va pasando a otra estación base y a la
central asociada, manteniendo al HLR en todo momento informado del
lugar donde nos encontramos.
Una
vez que el MSC ha localizado al destinatario de la llamada, puede
decidir cuál es el mejor camino para llegar hasta él entre las
diferentes centrales y por los distintos tramos de fibra que las
unen. Entonces, el media
gateway
encamina físicamente la llamada hacia el móvil receptor. La llamada
se ha establecido, todo ello en cuestión de segundos.
Millones de comprobaciones, miles de kilómetros por tierra, mar y aire
Sorprende
saber que todo el proceso de localizar a nuestro destinatario entre
los más de 40 millones de registros del FNR y los aproximadamente
700.000 con los que cuenta cada HLR no lleve más de 2 o 3 segundos.
Jorge también nos explica cuánta distancia puede recorrer una
llamada para llegar a su destino, una vez enrutada: “Depende mucho
de dónde se encuentren los clientes. Una llamada puede recorrer
desde cientos de metros, en el caso de que estén muy próximos, por
ejemplo en la misma ciudad, hasta cientos de kilómetros, si están
en provincias distintas. Incluso la llamada puede viajar miles de
kilómetros bajo el mar si los clientes se encuentran en países
distintos. Por ejemplo, en una llamada al otro lado del océano
Atlántico, la señal tiene que viajar a través de un cable
submarino que puede llegar a estar a 8.000 metros de profundidad”,
nos dice.
Los guardianes de la red
Todo
este complejo proceso de comprobación y enrutamiento se realiza para
cada una de las 300 millones de llamadas de móvil que gestiona
diariamente la red de Telefónica en España. Y a este enorme volumen
hay que sumar la gestión de todos los otros servicios de voz, datos
y televisión que ofrece la Compañía.
Para
que todo el sistema funcione de forma precisa y garantizar la calidad
del servicio, es necesario que los millones de elementos que
participan en el proceso estén supervisados permanentemente. De esta
labor se encarga el CNSO (Centro Nacional de Supervisión y
Operación).
Helena
Llamazares, Jefa de Mesa de Control Nacional del CNSO de Aravaca, nos
cuenta en qué consiste la función de este centro “En el CNSO
realizamos un seguimiento global, integral y en tiempo real de todos
los elementos de la red. Hay más de 2 millones de elementos de red
monitorizados constantemente, desde las más de 100.000 células
radio, a las centrales y nodos de red de todo tipo, pasando por los
cientos de miles de circuitos que unen todos los elementos de red,
los cientos de miles de kilómetros de cables que los soportan, o los
miles de equipos que permiten gestionar la energía requerida
por todos ellos. Todo se monitoriza las 24 horas para detectar de
inmediato cualquier problema, y actuar para su resolución”.
“Por
ejemplo,”- prosigue Helena – “cada una de las 12 células que
puede tener una estación base, lo que multiplicado por las 22.0000
estaciones base que hay en España suponen 264.000 células en total,
puede enviar cada 5 minutos más de 200 datos diferentes. Es decir,
se manejan enormes cantidades de información. En este centro se
procesan entre 15 y 20 TB de información de datos diariamente”.
El futuro ya está aquí
Cuando
Alexander Graham Bell inventó el teléfono, probablemente no podía
imaginar lo mucho que evolucionaría un siglo y medio después.
Tampoco parece fácil para los nativos digitales poder adivinar cómo
serán las comunicaciones del futuro.
Elena
Serna, Analista de Innovación Radio en Telefónica y experta en
nuevas tecnologías, nos ofrece una pincelada de cómo va a ser ese
futuro “La llamada de móvil del futuro será mucho más veloz
gracias a tecnologías innovadoras como la voz sobre 5G. Esta
tecnología será mucho más fiable que la voz tradicional, y
permitirá también unos tiempos de establecimiento de llamada mucho
menores, lo que resultará vital para la prestación de
comunicaciones en aplicaciones críticas, situaciones de emergencia,
entornos de alta seguridad, etc. Los tiempos de establecimiento de
llamada se reducirán un promedio de unos tres a ocho segundos”,
nos indica.
“Pero
más allá de la voz,” – prosigue Elena – “el 5G abre un
mundo de posibilidades para enriquecer la comunicación, haciéndola
más completa, partiendo de servicios que ya existen hoy en día,
pero que gracias a las nuevas capacidades 5G van a ser impresionantes
No
sabemos si la innovación tecnológica será capaz de cumplir ese
viejo anhelo humano de teletransportarse de un lugar a otro. Lo que
sí es seguro es que es capaz de desafiar las leyes del tiempo y del
espacio, consiguiendo hacer realidad lo que antaño era sólo una
quimera.
Parece
magia. Pero es tecnología.
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