Una
investigación revela las bases neurológicas de la habilidad
conocida como oído absoluto.
¿Eres
capaz de reconocer una única nota en cualquier instrumento musical,
sin ninguna pista ni tono de referencia? Pues entonces eres una de
esas raras personas – solo una de cada diez mil puede hacerlo- que
poseen una capacidad denominada oído absoluto. Muchos artistas,
contemporáneos y pasados tienen esta extraordinaria habilidad que
sin duda les ha sido de gran ayuda en sus trayectorias profesionales:
Frank
Sinatra, Mozart,
Bach, Mariah Carey, Freddie
Mercury, Michael Jackson…
Lo
cierto es que se sabe muy poquito sobre el origen de esta capacidad.
Desconocemos
si se trata de un factor genético, ambiental, o ambas cosas. ¿Se
nace con oído absoluto? ¿Son
la formación musical y el entrenamiento los responsables del oído
absoluto?
Son preguntas muy difíciles de responder, pues implicarían estudios
a largo plazo que evaluaran esta rara habilidad desde la infancia
hasta la madurez.
Corteza
auditiva más grande
Sin
embargo, a partir de ahora sabemos algo más: el cerebro
de las personas con oído absoluto es diferente, según apunta una
investigación publicada en la revista Journal
of Neuroscience.
Sus autores, de las universidades de Delaware (EEUU) y Toronto
(Canadá), mostraron que estas personas tienen una corteza auditiva
mayor que aquellas que no han sido dotadas de esa extraordinaria
capacidad. Además, esta
superficie adicional parece dedicarse a procesar una banda de
frecuencias más amplia de lo habitual.
En
el estudio participaron voluntarios que fueron divididos en varios
grupos: los que tenían oído absoluto, aquellos sin oído absoluto
pero con formación musical, y los últimos sin oído absoluto y
ninguna formación musical. Mientras que las
personas con oído absoluto fueron capaces de identificar tonos
generados al azar con una precisión del 100%,
el resto fue capaz de acertar tan solo el 8%.
Los
investigadores obtuvieron imágenes cerebrales por resonancia
magnética funcional de todos los participantes: encontraron que la
corteza auditiva de los que tenían oído absoluto era
significativamente mayor, y además no observaron diferencias entre
los otros dos grupos de participantes (los que tenían o carecían de
formación musical). Además, observaron que algunos de los
participantes en el trabajo no habían comenzado a aprender música
hasta la adolescencia, lo que contradice una idea muy extendida que
habla de un periodo crítico y postula que solo aquellos que
comienzan su entrenamiento musical antes de los siete años son
capaces de desarrollar esta característica.
Y,
por el contrario: ¿es
posible poseer oído absoluto sin tener ni idea de música?
El problema radica en que, sin tener fundamentos de teoría musical,
es bastante más complicado comprobar esta capacidad, pero los
autores indican que podría probarse de alguna manera la capacidad
para identificar frecuencias, lo que abriría una interesante línea
de investigación.
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