Este
importantísimo
Tratado cambió la historia de España.
En
1468 se
firma el Tratado de los Toros de Guisando, en Ávila (España), por
el que Enrique IV, rey de Castilla, reconoce a su hermanastra Isabel
como heredera al trono de Castilla. En el pacto se especifica que
Isabel se mantendrá fiel al rey hasta su muerte.
El
Tratado de los Toros de Guisandeo es una denominación
historiográfica que
hace referencia a
una reunión que tuvo lugar el
19 de septiembre
de 1468
en el cerro de Guisando (junto a los Toros
de Guisando,
un conjunto de toros o verracos de piedra de origen prerromano, en la
actual localidad abulense
de El Tiemblo),
y al acuerdo que en ella se alcanzó entre el rey de Castilla
Enrique IV
y su medio hermana Isabel.
Por tal jura, esta era proclamada princesa
de Asturias
y reconocida como heredera de la Corona de Castilla.
Castilla
vive por el año 1464 tiempos convulsos. El Rey Enrique IV de
Trastámara, el llamado impotente, gobernaba por entonces los
designios de Castilla. Una parte importante de los nobles castellanos
tuvieron, durante estos años, varios enfrentamientos con el Rey y
sus partidarios por el tema sucesorio. Los nobles deseaban que su
hermano Alfonso fuera el legítimo sucesor, y no su hija Juana,
llamada "La Beltraneja", a la que creían hija de Beltrán
de la Cueva y no del propio monarca.
En
1465, con los dos bandos enfrentados, los nobles rebeldes coronaron
como Rey a Alfonso en una ceremonia simbólica que se llamó 'La
Farsa de Ávila'. Pero la muerte de Alfonso a los 3 años, en julio
de 1468 complicó las cosas. Los rebeldes no creían que Juana fuera
su hija, y como no tenía más descendientes, la sucesión debía
pasar a Isabel, la hermanastra del rey.
Isabel,
la futura reina católica, en principio se negó a tomar el título
regio, aunque sí se acogió al de princesa. Viendo el rey la postura
que tomaba Isabel, se avino a negociar con ella sobre la sucesión.
Ambos se reunieron en un lugar cerca de El Tiemblo, en Ávila, en el
cerro de Guisando, junto a los toros esculpidos en piedra antes
incluso de la dominación romana.
En ese lugar se acordó que la sucesora de Enrique IV sería Isabel y no su hija Juana. Una de las condiciones del acuerdo entre ambos fue que el Rey podía casar a Isabel con quien él considerara conveniente, pero en 1469, Isabel se casó con Fernando de Aragón sin el consentimiento del rey. Enrique creyó violado el tratado, por lo que proclamó como hija legítima y heredera al trono a Juana. Con la muerte de Enrique comenzó la guerra civil en la que, como ya se sabe, venció Isabel.
¿Cuál fue la razón por la que dejó a Juana fuera de la sucesión? No es que el propio Enrique IV no reconociera a su hija como suya, sino que se argumenta la dudosa legalidad del matrimonio y la supuesta infidelidad de la reina en su cautiverio en 1467 . Al no ser un matrimonio válido, sería una hija ilegítima. Pasó de ser hija de otro hombre, a ser hija bastarda y después hija legítima en muy poco tiempo.
En ese lugar se acordó que la sucesora de Enrique IV sería Isabel y no su hija Juana. Una de las condiciones del acuerdo entre ambos fue que el Rey podía casar a Isabel con quien él considerara conveniente, pero en 1469, Isabel se casó con Fernando de Aragón sin el consentimiento del rey. Enrique creyó violado el tratado, por lo que proclamó como hija legítima y heredera al trono a Juana. Con la muerte de Enrique comenzó la guerra civil en la que, como ya se sabe, venció Isabel.
¿Cuál fue la razón por la que dejó a Juana fuera de la sucesión? No es que el propio Enrique IV no reconociera a su hija como suya, sino que se argumenta la dudosa legalidad del matrimonio y la supuesta infidelidad de la reina en su cautiverio en 1467 . Al no ser un matrimonio válido, sería una hija ilegítima. Pasó de ser hija de otro hombre, a ser hija bastarda y después hija legítima en muy poco tiempo.
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