Una de cada diez personas asegura haber tenido al menos una en algún momento.
Uno
de los fenómenos que más han fascinado al ser humano durante siglos
son las llamadas experiencias cercanas a la muerte (ECM), que son
esas sensaciones físicas y espirituales en forma de alucinaciones,
impresiones fuera del cuerpo, pensamientos acelerados o sentido
distorsionado del tiempo. Aunque son percepciones conscientes, no
dejan de ser un misterio incluso para los propios científicos, como
ha quedado patente en el último Congreso
de la Academa Europea de Neurología,
celebrado en Oslo.
Investigadores
del Hospital de Copenhague, del Centro de Investigación de
Accidentes Cerebrovasculares de Berlín y de la Universidad de
Trondheim, en Noruega, han presentado 289 testimonios sobre ECM
recogidos en 35 países diferentes. Son fenómenos que se produjeron
como consecuencia de un infarto, un accidente de tráfico, un
ahogamiento o un ataque bélico, por ejemplo. Las personas que los
experimentaron relatan sensaciones extracorpóreas, alucinaciones,
pensamientos acelerados, destellos luminosos al final de un túnel,
cantos angelicales y distorsión del tiempo.
Según
el estudio, afectan a casi el 10% de las personas, un porcentaje
superior al que arrojaban trabajos anteriores. Entre ellos, una mujer
de 37 años cuenta que durante el parto sintió que acababa de morir
e iba al cielo y otra de 32, que estuvo a punto de ahogarse en el mar
siendo niña.
“Aún puedo recordar aquella increíbles sensación de paz
absoluta”,
dice. Casos como estos han despertado a lo largo del tiempo el
interés de filósofos, religiosos, psicólogos, médicos e incluso
esotéricos.
De
los 289 testimonios, 106 alcanzaron el umbral mínimo de 7 en la
Escala de Greyson de Experiencia de Muerte Cercana, que pregunta
sobre 16 síntomas. Para el 73% de todos los encuestados la
experiencia fue desagradable. Sin embargo, para el 53% de aquellos
con una puntuación de 7 o más en la escala de Greyson (ECM
confirmada), la vivencia fue agradable. Solo a un 14% no le gustó.
En
una investigación similar del Hospital
Universitario de Liège,
en Bélgica, el 80% de los participantes había percibido
sentimientos de paz; el 69% luces brillantes; el 64% visiones de
espíritus y personas; y el 35% tuvo sensaciones extracorpóreas. Fue
publicada en 2017 en
Frontiers in Human Neuroscience.
En
el estudio presentado en Oslo, los investigadores encontraron una
asociación entre las ECM y la intrusión del sueño REM en un
desvelo nocturno: cerebro activo, sueños vívidos, alucinaciones
visuales y auditivas, y parálisis temporal. La intrusión de sueño
REM fue más común en personas con puntuaciones de 7 o más en la
escala de Greyson que en el resto. Daniel Kondziella, neurólogo de
la Universidad de Copenhague, considera que aunque tal asociación no
significa causalidad, los mecanismos fisiológicos que subyacen al
sueño REM podrían ayudar a nuestra comprensión de las experiencias
cercanas a la muerte.
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