Este
mes leemos “Eugenie Grandet” de Honoré de Balzac.
Eugénie
Grandet representa el modelo de la novela naturalista de la que
Balzac dictó las normas que habrían de imponerse en toda la
narrativa europea hacia la mitad del siglo XX. La ‘comédie
humaine’, el conjunto de su obra novelística, es el friso por el
que discurren las miserias humanas descritas con la fidelidad más
descarnada. En 1833 publicó la desgraciada historia de Eugenia, hija
de un hombre avariento y miserable, de quien sufre los más déspotas
rigores. Enamorada de Charles, a quien ayudará para que haga frente
a las deudas contraídas por su progenitor, conoce la ingratitud
social y el castigo familiar hasta que, a la muerte de sus padres, se
convierte en una rica heredera. Vuelto su amado de la India, ya rico
y comprometido con su Mademoiselle DAubrion, Eugenia acaba viéndose
obligada a contraer matrimonio de conveniencia y afrontar su destino
de mujer desafortunada en el amor, mientras su patrimonio la
convierte en objeto de avaricia social.
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