Compositor,
pianista y director de orquesta alemán.
Robert
Schumann definió
a Mendelssohn como «el Mozart del siglo XIX, el músico más claro,
el primero que ha sabido ver y conciliar las contradicciones de toda
una época». No le faltaba razón: su música, de una gran
perfección técnica y formal, es una espléndida síntesis de
elementos clásicos y románticos. Romántico que cultivaba un estilo
clásico o clásico que reflejaba una expresividad romántica,
Mendelssohn fue uno de los músicos más influyentes y destacados del
romanticismo.
Niño
prodigio, pronto dio muestras de un inusitado talento no sólo para
la música, sino también para el dibujo, la pintura y la literatura.
Sus dotes fueron estimuladas por un ambiente familiar en el que
siempre se alentaron las manifestaciones artísticas.
Sus
primeros trabajos se tradujeron en doce sinfonías para cuerda,
algunas pequeñas óperas, un Octeto
para cuerda
y la obertura El
sueño de una noche de verano.
Estas dos últimas obras marcan el inicio de su madurez como
compositor.
Fue,
además, un buen intérprete de violín, viola y piano, facetas a las
que más tarde se añadiría la de director de orquesta. En este
ámbito, una de sus primeras y más recordadas actuaciones tuvo lugar
en 1829, cuando interpretó en Berlín la Pasión
según san Mateo,
de Bach, en un concierto que supuso la recuperación de esta obra
después de un siglo de olvido. Bach,
junto
con Mozart
y Haendel,
constituiría uno de los pilares de su estilo.
Pocos
años más tarde, en 1835, le fue confiada la dirección de la
orquesta de la Gewandhaus de Leipzig, cargo que ejerció hasta su
prematura muerte.
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