Nacido
como Matsuo Kinsaku fue el poeta más famoso del período Edo de
Japón. Considerado como uno de los cuatro grandes maestros del haiku
junto a Yosa Buson, Kobayashi Issa y Masaoka Shiki. Bashō
cultivó y consolidó el haiku con un estilo sencillo y
natural, y con un componente espiritual. Su poesía consiguió
renombre internacional, y en Japón muchos de sus poemas se
reproducen en monumentos y lugares tradicionales.
A
pesar de ser maestro de poetas, en determinados momentos renunció a
la vida social de los círculos literarios y prefirió recorrer todo
el país a pie, viajando incluso por la parte norte de la isla, un
territorio muy poco poblado, para poder encontrar fuentes de
inspiración para sus escritos.
Bashō
no rompe con la tradición sino que la continúa de una manera
inesperada, o como él mismo comenta: "No sigo el camino de los
antiguos, busco lo que ellos buscaron". Aspiraba
a expresar con nuevos medios el mismo sentimiento concentrado de la
gran poesía clásica. Sus poemas reflejan
sus emociones y el entorno que le rodeaba.
Del haiku,
Bashō había dicho que es "sencillamente lo que sucede en un
lugar y en un momento dado".
A
continuación tienes tres de sus haikus más famosos:
Sobre
la rama seca
un cuervo se ha posado;
tarde de otoño.
un cuervo se ha posado;
tarde de otoño.
Este camino
nadie ya lo recorre,
salvo el crepúsculo.
Es primavera:
la colina sin nombre
entre la niebla.
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