Es un modismo frecuentemente utilizado para
referirse a aquellas personas de carácter inquieto, inconstantes (tanto
en lo laboral como en lo personal) e incapaces de permanecer durante
mucho tiempo realizando una misma actividad ni asentarse en algún lugar.
Lo primero que nos viene a la cabeza sobre el posible origen de la
expresión es que el "culo" al que alude es el trasero de las personas,
pero en realidad esta frase no tiene nada que ver con la anatomía humana
sino que se refiere al fondo (también llamado culo) de las antiguas
vasijas que se realizaban de manera artesanal, saliendo algunas de ellas
de manera irregular, de manera que bailaban y no se asentaban bien
sobre la superficie.
Esa anomalía en los recipientes provocaba que,
con frecuencia, al ser posados sobre la mesa cayesen al suelo y se
rompieran, naciendo de ahí la expresión "ser culo de mal asiento" con el
fin de referirse a aquello o aquel que no se asentaba con facilidad o
era inestable.
Esta locución llevó a que de la misma nacieran otras
frases o refranes populares como "Culo de mal asiento, no acaba cosa
ninguna y empieza ciento".