Un
nuevo estudio encuentra que las hembras de las ballenas glaciales
bajan el volumen de sus cantos para no atraer a los depredadores que
amenazan a sus crías.
Desde
hace años el canto de las ballenas ha sido objeto de estudio. En un
artículo de 2006 los investigadores encontraron que los villanos
jorobadas tenían cantos excepcionalmente complejos y que podían
servir como un rudimentario lenguaje de comunicación entre estos
animales.
Los
cantos de las ballenas pueden oírse a kilómetros de distancia, y
están relacionados con la época de apareamiento, aunque también se
escuchan cuando buscan marcar su territorio, o incluso para expresar
dolor o soledad.
Por
desgracia, los cantos también pueden atraer a los depredadores. Las
ballenas adultas son demasiado grandes y tienen poco que tener, pero
las orcas suelen atacar a las crías.
Las
ballenas francas glaciales, en peligro de extinción, y con solo 500
ejemplares registrados, ballenas cantarinas. Mediante micrófonos
adheridos al cuerpo de las hembras de esta especie, los científicos
han podido comprobar que la comunicación entre las madres y sus
crías utiliza un patrón distintos. Los sonidos son de menor
amplitud y tienen un alcance de solamente 100 metros, con el fin de
no alertar a los depredadores a larga distancia. Es decir, estas
ballenas tienen un lenguaje de susurros para proteger a sus crías de
los ataques.
El
estudio
ha sido publicado en el Journal of Experimental Biology por el
equipo dirigido por Mia L. K. Nielsen, que previamente había
encontrado patrones
similares
en las ballenas jorobadas.
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