En
la Historia han sucedido ya demasiadas catástrofes culturales.
Demasiadas para hablar de todas ellas. Museos saqueados, bibliotecas
inundadas, bombardeos, incendios, terremotos, armas de destrucción
masiva y de toda índole…; en fin, una verdadera letanía.
Sin
embargo, no
hay duda de que uno de los mayores desastres culturales fue el
incendio de la Biblioteca
de Alejandría,
fundada por Demetrio de Falero a principios del siglo III a. C., y
dirigida sucesivamente por titanes intelectuales como Eratóstenes,
Calímaco y Apolonio.
Se
desconoce cómo fue destruida exactamente; si por los
romanos, los cristianos coptos, los árabes,
los terremotos o todos ellos sucesivamente, y es posible que jamás
se sepa,
pero lo que sí consta es que llegó a albergar cerca de un millón
de títulos en los que estaba comprendida toda la ciencia, la
historia y la literatura de la Antigüedad. En su recuerdo, desde
octubre de 2002, funciona en Alejandría una flamante biblioteca
hipermoderna construida bajo el auspicio de la Unesco.
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