Tosca
es
una tragedia en tres actos en la que Giacomo
Puccini
aborda temas como la violencia, abuso de poder, luchas políticas,
pasiones, torturas y muerte.
Cuando
se estrenó
el 14 de enero de 1900
en Roma, la representación tuvo que retrasarse por una amenaza de
bomba que obligó a desalojar el teatro. Salvo la fría noche
del estreno, Tosca ha acabado encumbrándose como la obra
maestra de un compositor cuya inspiración también produjo grandes
leyendas del género lírico como Madame Butterfly,
La Bohème Manon Lescaut o Turandot.
El
argumento de Tosca es un drama que mezcla amor, celos y
política, con un trasfondo histórico verídico: la Europa de 1800,
en medio de la invasión de Napoleón a Italia. Aunque lo que nos
cuenta es realmente una historia privada, un drama personal y único
entre los personajes que durante la ópera demuestran sus
debilidades, sus esperanzas y sus sentimientos, los acontecimientos
que relata entre Floria Tosca y Mario Cavaradossi en manos del
sanguinario y perverso Scarpia sólo pueden darse en el marco
corrupto de fondo religioso y político de aquella ciudad papal.
Cruelmente las ilusiones son destrozadas por la realidad: engaños,
deseos y pasiones se mezclan en una Roma oscura entre las emociones y
anhelos de los tres protagonistas (Floria, Mario y Scarpia)
destinados irremediablemente a un final trágico.
Musicalmente,
la obra se mantiene en el estilo desarrollado por Puccini hasta el
momento: continuidad del discurso musical, roto apenas por una o dos
arias. Las escenas más impactantes son el Te Deum del final
del primer acto, y las arias Vissi d'arte (para Tosca) y E
lucevan le stelle (para Mario). Dramáticamente, el segundo acto
es de una intensidad inigualada por otra obra de Puccini.
Este
compositor italiano se enamoró de la versión teatral de Tosca
de Victorien Sardou, cuando la vio en Milán, con la célebre actriz
Sarah Bernhardt en el papel protagonista, y es, de todas las óperas
de Puccini, la que suscita más ardor entre defensores y detractores.
La crítica fue unánime al condenar esta obra y el mismísimo Claude
Debussy (compositor francés del siglo XX y una de las figuras más
prominentes de la música impresionista) la despreció. Hizo falta
medio siglo para que Tosca, amada inmediatamente por el
público, lograra también imponerse entre los propios músicos. Y
aún así se ha ganado su propia leyenda negra: los supersticiosos
dicen que es una obra que da mal fario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario