Por
primera vez en la Historia, el 26 de
enero de 1925, el ingeniero escocés John
Logie Baird consigue transmitir imágenes en movimiento a
través de las ondas, con una definición de 28 líneas y una
frecuencia de 14 imágenes por segundo. Llama a este sistema
televisión. Poco más tarde, en 1927 transmitirá señales de TV a
una distancia de 705 km por una línea telefónica, entre Londres y
Glasgowen. En julio de 1928, logrará hacer la primera transmisión a
color. En 1929, la BBC comenzará a emitir públicamente en horario
nocturno.
Aunque
se suele repetir que la primera emisión de televisión la llevó a
cabo la BBC tenemos
que irnos unos años antes cuando John Logie Baird, tras algunos años
de ensayos y errores, realizó la primera
demostración pública de su funcionamiento.
Baird,
padre de la caja tonta
e inventor de la televisión mecánica: si
las pantallas se han convertido en un omnipresente dios moderno,
Baird
fue su primer profeta.
Los
pioneros de la televisión
En
1884 Paul Nipkow patentó un disco que es considerado el
antecedente más claro de la televisión.
El disco de Nipkov usa dos discos para grabar y reproducir imágenes
en movimiento gracias a la fotoconductividad (el proceso mediante el
que cargas eléctricas afectan a materiales sensibles a la luz). La
idea era usar los discos
para procesar las imágenes y que, mediante el uso de células de
selenio, pudieran enviarse a través de un cable eléctrico a otro
disco con el que recuperar la imagen.
Aunque
presentaba serias limitaciones (producto de las limitaciones
tecnológicas del momento) fue un paso clave. Tanto, que el
historiador de la televisión Albert Abramson lo llama “la
petente maestra de la televisión”.
El mismo Baird empezó a hacer pruebas con el disco de Nipkow en 1922
y para 1926 consiguió enviar
la primera imagen televisiva,
la de una marioneta llamada “Stooky
Bill”.
Tras
aquello, Baird se
lanzó al mundo de la retransmisión.
En 1927 consiguió emitir en Glasgow desde Londres usando un cable
telefónico. Y un año después atravesó el Atlántico
retransmitiendo en Nueva York. La Baird Television Development
Company Ltd, inició un monopolio de facto que solo se vio
comprometido por su dependencia al cable telefónico y la aparición,
gracias al trabajo de Isaac
Shoenberg y su equipo con la
EMI-Marconi.
Pero
con Baird, el gran pionero de la televisión, celebramos algo más
que una pequeña innovación tecnológica. Celebramos uno
de los cambios culturales más
importantes del siglo: la aparición de la cultura de masas que
marcará indeleblemente el mundo de la posguerra. De nuevo, Baird es
un perfecto ejemplo de cómo
la
ciencia cobra sentido
pleno no en los artículos académicos o en las universidades sino en
las calles, la plazas y las casas de la gente de a pie.
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