El 23 de febrero de 1997, la noticia del nacimiento de la oveja Dolly, el primer mamífero clonado, ocupó las portadas de medios de comunicación de todo el mundo.
A
simple vista no era nada especial: blanca, de morro afilado y lana
espesa. Sin embargo, detrás de Dolly
se escondía algo más
que un simple animal de granja: este ovino ha pasado a la historia
como la primera oveja clonada de la historia. Tal día como hoy, pero
de hace 19 años, un tierno corderito vio la luz después de 148 días
de gestación. Aunque en su aspecto no se observaba nada fuera de lo
normal, Dolly guardaba en su historial un proceso de creación que no
respondía al sistema natural de reproducción.
Dolly y su cordero Bonnie |
El
23 de febrero de 1997, en Gran
Bretaña, un equipo de científicos británicos que trabaja bajo la
dirección de Ian Wilmut en el Instituto Roslin, cerca de Edimburgo,
anuncia el nacimiento, siete meses después, del primer mamífero
clonado, una oveja a la que bautizan con el nombre de Dolly.
Antes
de Dolly, ya se habían producido varios clones en el laboratorio,
incluidos sapos, ratones y vacas que se clonaron de una célula
adulta. Este fue el mayor logro científico ya que demostró que el
ADN de células adultas, a pesar de haberse especializado en un solo
tipo de célula, puede usarse para crear un organismo entero.
La
clonación animal a partir de una célula adulta es mucho más
difícil que de una célula embrionaria. Así pues, cuando los
investigadores del Instituto Roslin de Escocia crearon a Dolly, único
cordero nacido después de 277 intentos, fue una noticia de gran
importancia en todo el mundo.
Dolly
vivió una existencia llena de mimos en el Instituto Roslin. Quizá
la curiosidad más destacable es su «árbol genealógico», puesto
que tras ser cruzada con un macho tuvo varios partos: del primero
nació un único cordero, del segundo nacieron mellizos, y del
tercero... trillizos.
Nació
el 5 de julio de 1996 y se le practicó la eutanasia el 14 de febrero
de 2003, a la edad de seis años y medio. Las ovejas pueden vivir
hasta la edad de 11 o 12 años, pero Dolly sufría artritis
en una articulación
de una pata trasera y adenomatosis pulmonar ovejuna, un virus que
induce la aparición de tumor pulmonar y que es frecuente en ovejas
criadas en el exterior.
La
clonación de Dolly
supuso un gran avance
científico que motivó reacciones contrarias a ella. Pronto se abrió
un controvertido debate ético en el que se llegó a calificar al
proceso como una «profanación de la genética». Algunos incluso
llegaron a afirmar que se había abierto la veda al “duplicado”
de personas, aunque otros veían en ella la puerta abierta a una gran
cantidad de posibilidades médicas.
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