Un
niño escapado de casa escucha, agazapado en el fondo de su
escondrijo, los gritos de los hombres que lo buscan. Cuando la
partida pasa, lo que queda ante él es una llanura infinita y árida
que deberá atravesar si quiere alejarse definitivamente de aquello
que le ha hecho huir. Una noche, sus pasos se cruzan con los de un
viejo cabrero y, a partir de ese momento, ya nada será igual para
ninguno de los dos.
Intemperie narra
la huida de un niño a través de un país castigado por la sequía y
gobernado por la violencia. Un mundo cerrado, sin nombres ni fechas,
en el que la moral ha escapado por el mismo sumidero por el que se ha
ido el agua. En ese escenario, el niño, aún no del todo malogrado,
tendrá la oportunidad de iniciarse en los dolorosos rudimentos del
juicio o, por el contrario, de ejercer para siempre la violencia que
ha mamado.
A
través de arquetipos como el niño, el cabrero o el alguacil, Jesús
Carrasco construye un relato duro, salpicado de momentos de gran
lirismo. Una novela tallada palabra a palabra, donde la presencia de
una naturaleza inclemente hilvana toda la historia hasta confundirse
con la trama y en la que la dignidad del ser humano brota entre las
grietas secas de la tierra con una fuerza inusitada.
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