PASAN LOS SIGLOS Y AHÍ SIGUEN DE PIE. ¿CÓMO PUEDE SER?
Monumentos
de la antigüedad romana como el Panteón o el Coliseo no
solo admiran por su perfección arquitectónica, sino también por su
resistencia al paso de los siglos y los elementos. Un
grupo internacional de investigadores
ha intentando saber cuál es su secreto y
han publicado los resultados en la revista Proceedings
if the National Academy of Sciences (PNAS).
Para
averiguarlo, los
expertos han analizado las propiedades del hormigón de
los Mercados de Trajano, en Roma, construido en torno al año 110 de
nuestra era, con el sofisticado instrumental de rayos
X del
Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley (EE. UU.). Las paredes de este
conjunto arquitectónico están hechas con un hormigón cuya argamasa
incorpora ceniza volcánica y
cal para unir fragmentos de piedras y ladrillo.
Tras
comparar la solidificación de
una réplica del hormigón y las muestras originales, los
científicos detectaron
la presencia de un mineral de
calcio-aluminio-silicato (llamado estratlingita)
que cristaliza en el material de construcción en forma de placas
diminutas e impide que las microfisuras se propaguen. Por eso las
venerables estructuras resisten incluso a los terremotos.
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