La topografía es una ciencia geométrica aplicada a la descripción de la superficie terrestre mediante la medición de puntos en tres dimensiones.
Su notación y el consiguiente traslado de los datos al plano confeccionan un documento cartográfico que puede ser utilizado directamente en diversas actividades, como la fijación de propiedades, tareas agrícolas, mineras, de construcción, determinación de acuíferos o el trazado de mapas, entre otros muchos.
Un mapa es un esquema que puede definirse como un conjunto de dibujos, signos y palabras. Los que representan producciones agrícolas, ganaderas, mineras, industriales o datos de población se denominan mapas humanos; los que reproducen accidentes naturales o artificiales son los topográficos.
Muchas veces, en el habla común mezclamos indistintamente los conceptos, pero los llamados “planos“ son mapas en los que no se considera la curva de la superficie. En los planos sólo se representa una parte pequeña de la superficie terrestre, prescindiendo de la esfericidad porque al tratarse de un espacio tan reducido, el error es despreciable a efectos prácticos.
En topografía se utiliza el sistema acotado, en el que cada punto de la superficie se corresponde con su proyección sobre el plano y con su altura o cota, de manera que un plano topográfico sería un conjunto de puntos, cada uno con su cota anotada.
Para evitar la confusión, se unen los puntos de la misma altura con unas líneas que se llaman curvas de nivel o isohipsas, y se consigue así una representación fiel y fácilmente comprensible del relieve del terreno.
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