No sólo los hombres se han batido en combate a lo largo de la historia. Aquí os presentamos una selección de algunas mujeres que, en distintas culturas y épocas, lideraron ejércitos y lucharon con tanto arrojo y valentía como cualquier hombre.
Artemisia de Caria
Hija
de Lígdamis, rey de Halicarnaso y de una aristócrata cretense,
Artemisia apoyó al rey persa Jerjes en su intento de conquista de
Grecia durante la segunda guerra médica (480-479 a.C.). Artemisia
contribuyó a la flota persa con cinco naves, de las que estuvo al
mando como general, y participó en la batalla de Salamina. Su valor
como estratega le ganó la admiración del Gran Rey persa, que al
menos la consultó en dos ocasiones antes de la crucial batalla.
Artemisia tuvo partidarios y detractores, y aunque no sabemos cómo
ni cuando murió lo que sí es cierto es que su dinastía perduró
varias generaciones. Su hijo Lígdamis gobernó como rey de
Halicarnaso entre los años 460-450 a.C.
Rodoguna de Partia
Hija
del rey parto Mitríades I (171-138 a.C.) y hermana de Fraates II. Se
casó con el rey Seléucida Demetrio II Nicátor, que estaba
prisionero en Partia, con quien tuvo varios hijos. Parece que en una
ocasión, Rodoguna quedó a cargo de una parte del Imperio cuando
estalló una rebelión. Según cuenta Polieno, la reina se encontraba
en ese momento a punto de tomar un baño y, en vista de la situación,
juró no volver a bañarse hasta lograr la victoria. Llamó a los
generales y ella misma se puso al frente de las tropas, combatiendo
en primera línea y contribuyendo a conseguir una gran victoria. Tras
el combate, la primera orden que dio fue que le preparasen un baño.
Boudica
La
reina de los icenos levantó un ejército de más de 60.000 hombres
contra las legiones romanas que ocupaban Britania y que la habían
sometido a ella y a sus hijas a una terrible humillación tras la
muerte de su esposo, el rey Prasutago. Boudica en persona se puso al
frente de sus tropas y las de los trinovantes, que se unieron a ella.
Atacaron Camulodunum (la actual Colechester), pasaron a cuchillo a
todos sus habitantes y demolieron la ciudad hasta los cimientos. Lo
mismo pasó con Londinium (Londres) y Veralamium (St. Albans). Al
final, Suetonio Paulino logró vencer a los britanos en Watling,
causando una terrible mortandad. Boudica sobrevivió a la batalla,
pero, no pudiendo esperar clemencia de Roma, según Tácito, se
suicidó ingiriendo veneno.
Fu Hao
Fu
Hao era la esposa favorita del emperador Wu Ding (1250-1192 a.C.), de
la mítica dinastía Shang. Actuó como suma sacerdotisa en ritos de
adivinación y llegó a comandar un ejército de más de 13.000
hombres, que fue el mayor de China en su época. Combatió contra los
bárbaros del otro lado de la frontera y derrotó a los jiang, los
principales enemigos de su esposo. También luchó contra los tu y
los yi, a los que venció. La historia militar china destaca su
victoria ante la tribu de los ba, que destaca como un ejemplo de
estrategia. A su muerte, Fu Han fue enterrada en una magnífica
tumba, descubierta en 1976, que contenía un completo ajuar
funerario, en el que había huesos oraculares, 130 armas y 20 puntas
de flechas.
Zhao de Pingyang
Era
hija de Li Yuan, el emperador que fundó la dinastía Tang en el
siglo VII. Mientras era gobernador, Li Yuan inició una revuelta
contra el emperador Yang, de la dinastía Sui. Su hija Pingyang, de
apenas veinte años, vendió las propiedades de la familia y reunió
un ejército para apoyar la rebelión de su padre. Miles de hombres
se unieron a ellos, y la joven llegó a comandar un ejército de
hasta 70.000 soldados, logrando numerosas victorias gracias a su
valentía y a sus conocimientos de estrategia militar. Ella y su
ejército hicieron huir al ejército imperial. Su padre, al
convertirse en emperador con el nombre de Gaozu, reconoció los
méritos de su hija y celebró un gran desfile militar en su honor,
además de otorgarle el título honorífico de zhao y de princesa.
Nakano Takeko
Nacida
en Edo (Tokio) en 1847, Nakano Takeko era hija del oficial Nakano
Genai. La joven aprendió arte, literatura y artes marciales con el
maestro Akaoka Daizuke. Nakano se convirtió en una gran guerrera
samurái, en una onna bugeisha. Cuando estalló la guerra civil entre
el shogunato Tokugawa, al que ella servía, y las tropas imperiales,
se puso al frente de un grupo de mujeres samuráis a las que ella
había entrando personalmente. Tomó parte en la batalla de Aizu,
donde luchó con gran arrojo. Pero un impacto de bala en el pecho la
dejó herida de muerte. Nakano entonces decidió llevar a cabo un
seppuku o suicidio ritual asistida por su hermana, que le cortó la
cabeza para enterrarla a los pies de un árbol en el templo Hokaiji,
donde aún hoy es venerada.
Juana de Arco
Conocida
como la "doncella de Orleans", esta joven francesa se
sintió escogida por Dios para liderar a los ejércitos franceses
contra Inglaterra durante la guerra de los Cien Años. En 1429, el
rey de Francia Carlos VII aceptó que liderara un ejército de cinco
mil hombres durante el asedio de Orleans, que se saldó con una gran
victoria sobre los ingleses. Tras varios triunfos más, Juana fue
hecha prisionera en Compiegne el 24 de mayo de 1430 por el duque de
Borgoña. Llevada a Ruán, fue acusada de brujería por un tribunal
eclesiástico y condenada a morir en la hoguera el 30 de mayo de
1431, con tan sólo 19 años.
María Pita
En
1581, una mujer coruñesa, María Pita, se enfrentó a las tropas
británicas que querían conquistar la ciudad. María mató a un
alférez inglés con una lanza, un arcabuz o un cuchillo, según las
versiones, y le arrebató su bandera. Tras presenciar la muerte de su
marido en el asedio, llena de rabia, y al grito de "quien tenga
honra que me siga", lideró el contraataque hasta que los
ingleses, al mando del corsario sir Francis Drake, se retiraron de la
ciudad y pusieron rumbo a Lisboa. Felipe II reconoció el valor de
María, le concedió una pensión y le dio el título de "soldado
aventajado".
Anne Bonny
Nacida
en Irlanda en 1698, Anne Bonny, nacida Cormac, fue fruto del
adulterio de su padre con una criada. La familia marchó a
Charleston, en Carolina del Sur, para huir de las habladurías. Anne
era una joven a la que le gustaban las armas y los caballos. Se
enamoró de James Bonny, un expirata con el que se casó y la pareja
fue a vivir a las Bahamas. Allí Anne conoció a Jack Rackham, un
famoso pirata, con quien se fugó a bordo del buque Revenge. Junto a
Rackham, Anne participó en numerosos abordajes piratas y se
distinguió en la lucha como cualquier otro miembro masculino de la
tripulación. Al final, fueron hechos prisioneros. Jack Rackham fue
ahorcado, pero Anne eludió varias veces la condena a muerte, y se
cree que vivió hasta los 84 años en Carolina del Sur.
Hannah Snell
Nació
en 1723 en Worcester (Inglaterra) y en 1744 se casó con James Summs.
Su marido la abandonó cuando estaba embarazada y, tras dar a luz a
una niña que murió poco después, Hannah se vistió de hombre,
adoptó el nombre de James Gray y fue en busca de su esposo. Tras
enterarse de que había sido ejecutado acusado de asesinato, Hannah
siguió haciéndose pasar por hombre y se enroló en la Marina
británica como cocinero. En la India, participó junto con sus
compañeros en los combates contra los franceses, siendo herida en
numerosas ocasiones, aunque no de gravedad. Tras cuatro años fue
ascendida a teniente. Al llegar a Londres, reveló su secreto a sus
compañeros, quienes alabaron su valentía. Recibió una pensión
anual como reconocimiento a sus logros militares.
Agustina de Aragón
El
15 de junio de 1808, durante el primer sitio de Zaragoza, en el
transcurso de la invasión napoleónica, Agustina, una joven nacida
en Reus, pero que había acompañado a su marido, cabo de artillería,
a Zaragoza, llevó a cabo la acción que la hizo célebre. Tras haber
caído los defensores de la puerta del Portillo, las tropas francesas
se prepararon para tomarla al asalto. Entonces Agustina tomó la
mecha de manos de un artillero herido y logró disparar un cañón
sobre los franceses, que se batieron en retirada. La leyenda cuenta
que, enterado el general Palafox de tal hazaña, concedió a la joven
el distintivo de subteniente. Al parecer, Palafox, en efecto, admitió
a Agustina en el cuerpo de artilleros, pero como artillero raso.
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