Reivindicamos la labor de la mujer a través de 13 cómics escritos y dibujados por mujeres.
Qué
mejor forma de celebrar el Día Internacional de la Mujer que
reconociendo la labor de un buen puñado de mujeres a través de su
obra. Como el cómic sigue siendo el pariente pobre de la industria
cultural, aprovechamos para reivindicar no solo el trabajo de la
mujer, sino también su impacto en un medio tan a menudo denostado
como es el de la narración gráfica. Aquí tienes trece cómics
escritos y dibujados por mujeres que, si aún no los has leído, no
sabes lo que te estás perdiendo.
Los
sentimientos del príncipe Carlos
(2019) de Liv Strömquist
Liv
Strömquist se propone hacer saltar por los aires todos los mitos del
amor romántico: la relación de pareja, lo heteronormativo, la
monogamia, los roles de género… A partir de los chistes de
Seinfeld,
los dogmas de
Sexo en Nueva York
o las películas de Bergman,
la autora ha creado un alegato riguroso, documentado y apasionado,
dotado de humor abrasivo y redentor, sobre la autodeterminación y la
liberación de los cuerpos y las conciencias. De la misma autora es,
también muy recomendable, El fruto prohibido, un cómic-ensayo en el
que se centra en la historia cultural de la vulva, y la represión de
la sexualidad femenina.
Una
historia tan real como triste, esta vez la obra no es de una mujer,
sino de dos. Cuéntalo es la adaptación gráfica de la novela Speak,
de Laurie Anderson, basada en su propia experiencia, finalista al
National Book Award en el año 1999, traducida a 16 idiomas y llevada
al cine en 2004. En ella se cuenta la historia de Melinda, una
adolescente que no es precisamente una chica popular: es arisca, cada
vez tiene menos amigas. Pero es que tiene algo que ocultar, eso es lo
grave, que además de la rabia, el dolor y el asco, sienta vergüenza
y culpabilidad por algo de lo que no fue sino una víctima más.
Lo
que más me gusta son los monstruos (2018)
de Emil Ferris
Fue
la novela gráfica del año pasado,premiada con dos Ignatz, tres
Eisner, un Guinigi, un ACBD Gran Prix, y un Carlos Giménez, y eso
que era la primera novela gráfica de la autora.
Una
obra que se ha ganado merecidamente la fama que ha conseguido en tan
poco tiempo, es original y de calidad. Relata la historia de Karen
Reyes, una niña de diez años, en el Chicago en los años sesenta,
una época de tumultuosos cambios sociales. Por una lado la obra es
el diario de Karen, en el que relata sus intentos de resolver la
misteriosa muerte de su vecina, una sobreviviente del Holocausto
llamada Anka Silverberg. A medida que profundiza en la trágica
infancia de Anka en Berlín, Karen se enfrenta a su creciente sentido
de la alteridad, que se manifiesta en su deseo de convertirse en un
monstruo. Los dibujos, en apariencia hechos a boli sobre un cuaderno
de anillas, son espectaculares.
No
es cómic, porque no sigue los parámetros que definen a una obra
gráfica como cómic: no hay viñetas, ni calles, ni globos de texto,
pero este libro ilustrado merece estar en nuestra selección, porque
al igual que Valerosas
de Pénélope Bagieu, recuerda a mujeres que fueron visionarias y
cuya labor hay que reconocer más que nunca en un día como hoy.
Sandra Uve deja de lado su vida personal (me consta que casi
literalmente) para adentrarse en un riguroso trabajo de investigación
sobre inventoras e ingenios. Ha encontrado más de 100 patentes
creadas por mujeres, aunque en algunos casos las firmaran sus
maridos: del teléfono langosta que fascinó a Dalí al puente de
escape de incendios, pasando por el laserphaco, una sonda láser que
disuelve las cataratas o por un mueble-casa que ya lo quisieran en
Ikea. La autora nos da a conocer a mujeres que cambiaron el mundo y
nos muestra además un montón de patentes imaginativas, ingeniosas y
muy útiles. Y algunas no se han comercializado jamás, por si hay
algún inversor audaz en la sala…
Las
cosas del querer
(2017) de Flavita Banana
Flavia
Álvarez, Flavita Banana, derrocha sinceridad y desparpajo, se ríe
de los tópicos y pone en cuestión algunas de las ideas sobre
nosotras mismas que tienen y tenemos muchas mujeres. Lo hace de la
mano de un personaje femenino que esgrime el carácter, la fuerza y
el ácido sentido del humor como un arma de doble filo: a veces hiere
al otro y a veces nos cortamos nosotras, así es la vida. Sus
chispazos de inteligencia llegan a darnos calambre, Flavita nos hace
sonreír, pero también nos hace reflexionar y pone todo, y a todos,
en tela de juicio con un humor desenfadado pero cáustico, a través
de unos dibujos aparentemente sencillos que están llenos de fuerza y
de vida. Si vas a regalarle a alguien un libro por el Día de la
Mujer –¿por qué no?, cualquier ocasión es buena para mostrar tu
generosidad y tu cariño–, que sea este. Es lo suficientemente
amable para que sea bien recibido y lo bastante incisivo para que
además de arrancar sonrisas, dé que pensar.
"Una
familia tragicómica", reza su portada. Ya lo creo que lo es. La
obra es autobiográfica, la autora profundiza en la relación con su
padre, un director de una funeraria y profesor de inglés incapaz de
enfrentarse a su homosexualidad. Se tratan, con una sencillez y una
franqueza reveladoras, temas como la orientación sexual, la
identidad de género, el abuso emocional, el suicidio y la muerte. El
título es una irónica alusión al negocio familiar, una casa
funeraria donde las cosas son todo menos divertidas. Bechdel describe
cómo es la vida en una familia disfuncional y cuestiona el papel de
la literatura y el arte a la hora de comprenderse a sí misma y de
comprender a la familia cuando esta no se ciñe al modelo
convencional. Es un relato sincero, provocador, a ratos hilarante, a
ratos conmovedor. Una obra valiente.
Rosalie
Blum
(2012) de Camille Jourdy
El
aburrimiento da paso a las aventuras más insospechadas. En un
pequeño pueblo francés donde nunca pasa nada viven Vincent, un
peluquero treintañero que aún no ha conseguido cortar el cordón
umbilical que le une a una madre dominante; Rosalie, una mujer que
intenta ahogar en alcohol su oscuro pasado, y Aude, una adolescente
enfadada con el mundo que se deja arrastrar por la vida. La vida
monótona de Vincent se verá perturbada por un encuentro que le
generará un resquemor que se convertirá en obsesión. En Rosalie
Blum
asistiremos a tácticas de espionaje y contraespionaje y conoceremos
a desternillantes personajes como el compañero de piso de Aude, que
quiere montar un circo sin ningún recurso económico; la misteriosa
Bernardette; la alocada y descarada Cécile, y la estrafalaria madre
de Vincent. Una novela gráfica divertida y enternecedora.
Este
álbum fue llevado al cine con el nombre de La
vida de Adèle
y ganó una Palma de Oro en el festival de Cannes. Trata del
despertar sexual de una joven, de su amor hacia otra mujer, de la
pérdida de la inocencia, de la frustración del amor clandestino. En
El
azul es un color cálido descubrimos
una historia apasionante que, a pesar de ser trágica, podría ser la
de cualquiera. Es una historia arrebatadora, dolorosa, rodeada de
incomprensión. Una historia de amor que tiene mucho de
reivindicación social, que fue
llevada
al cine como La
vida de Adèle.
Persépolis
(2009) de Marjane Satrapi
Es
lo que yo llamo "cómic periodismo", porque aunque se trate
de la visión personal de la autora, da a conocer de primera mano la
vida durante un momento histórico, en este caso la revolución iraní
de 1979, cuando el shah Reza Pahleví tuvo que marcharse al exilio,
Jomeini se hizo con el poder y el país se convirtió en una
república islámica. Satrapi relata las etapas que marcaron su vida,
desde su niñez en Teherán durante la revolución, con detalles como
la introducción del velo en la vida social o la separación por
sexos en las aulas, hasta su difícil entrada a la vida adulta en
Europa. Su relato se remonta a sus antepasados, lo que sirve para
ayudarnos a entender las motivaciones históricas de la revolución
islámica, y nos muestra a la vez una opinión crítica con el
gobierno. Es el cómic de referencia hecho por mujeres, si de esta
lista tienes que leerte uno, te recomendaría que fuera este. O mejor
dicho: "empieza por este".
Rachel
y Anne son gemelas: han llegado al mundo juntas y juntas se enfrentan
a la vida. Se inventan un idioma propio, se fabrican un mundo
imaginario común y desarrollan una complicidad única. Forman un
relación sólida que les sirve de protección contra el resto del
mundo, pero que también puede resultar peligrosa cuando cada una se
busca a sí misma en el reflejo de la otra... Rachel Deville se
centra en la relación con su hermana gemela y relata de manera
potente y metafórica este tema tan fascinante como misterioso del
doble y de la identidad entre hermanos, con referencias a Caín y
Abel o a Rómulo y Remo. Lobas
toma toda su profundidad en la dimensión autobiográfica de un
relato que se apoya en los aspectos más opresivos y oscuros de la
mitología del doble.
Un
relato sobre el deseo juvenil de vivir una vida "auténtica"
y las consecuencias de dejarse llevar por los atractivos clichés
inspirados en la vida de escritores "malditos", como
William S. Burroughs y Jack Kerouac.
La perdida
habla de la fascinación de una joven estadounidense por el lado
"canalla" de la vida, por el deseo de descubrir sus raíces,
por ser salvaje. Es también una historia sobre el reencuentro
personal a través de la perdición. Narra la historia de Carla, una
norteamericana distanciada de su padre mexicano, que decide ir a la
capital del país azteca para “hallarse a sí misma”. Los
evocadores dibujos en blanco y negro de Jessica Abel hacen cobrar
vida a la ciudad de México, desplegando la oscura historia de Carla
frente a los legados de Burroughs y Kahlo.
Julie
Doucet es una persona amable, de mirada limpia y tremendamente
tímida. Resulta chocante que bajo esa apariencia angelical se halle
una persona que ha bajado al más terrible de los infiernos, y más
aún que narre ese descenso con absoluta ferocidad, sin tapujos ni
justificaciones. Sin ningún pudor. No sé si se lo habrá
recomendado un terapeuta, pero el caso es que toda la obra de Doucet,
no solo su Diario
de Nueva York,
es desgarradora. Como la edición de Inrevés de 1999 es difícil de
encontrar, mejor hacerse directamente con el volumen, o mejor con los
dos volúmenes, de la obra de Doucet que sacó a la venta el año
pasado Fulgencio Pimentel. Toda la producción de esta autora es
maravillosa, eso sí, y lo advierto de antemano, hay que tener unas
buenas tragaderas y no amilanarte ante lo sórdido. Con una
sinceridad apabullante y una buena dosis de ironía, Julie Doucet nos
narra sus experiencias personales, las más íntimas, aberrantes y
desoladoras, nos habla de sus fantasías sexuales, de sus complejos y
sus inquietudes. Brutal, en todos los sentidos.
Laura
Pérez-Vernetti, Laura, es el referente del cómic adulto hecho por
mujeres. Su estilo peculiar e inimitable, su capacidad narrativa y su
particular interpretación de grandes mitos y pequeñas realidades la
ha colocado en uno de los lugares más altos de la historieta. A
nivel nacional e internacional. Suele trabajar con grandes guionistas
como Antonio Altarriba o Felipe Hernández Cava, por eso Las
habitaciones desmanteladas
es su obra más personal, pues en ella Laura propone al lector una
lectura diferenciada y particular de las historias que lo integran.
La autora interpreta cada una de forma distinta y a cada una la trata
con un estilo diferente: a veces utiliza un dibujo que reivindica la
sensualidad de formas, otras se siente atraída por la crudeza del
"feísmo", o por la estética de eslogan publicitario, o
busca la desolación mediante el trazo sumergido en un mar de tinta
china. Es sorprendente la capacidad de cambiar de registro de Laura,
y eso hace que, en mi opinión, esta sea su obra más completa, más
personal, más suya. Laura gano el Gran Premio del Salón del Cómic
de Barcelona y este año tiene una exposición retrospectiva de toda
su obra en Cómic Barcelona, del 5 al 7 de abril.
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