¿Merece
la pena beberse un zumo de naranja por la vitamina C o es mejor
comerse una naranja? ¿Pasarse el día a base de zumos limpia el
organismo? Te contamos qué hay de verdad en estas creencias tan
extendidas.
Zumos
verdes, “detox”, “desintoxicantes”, de frutas, verduras, para
adelgazar, como parte de ayunos… ¿Son de verdad tan sanos como nos
los pintan o una moda más? Hemos hablado con dos especialistas en
nutrición para que nos aclaren un poco más la cuestión. Esto es lo
que nos han contado.
La
doctora María Isabel Beltrán Margarit está especializada en
nutrición y dietética, es miembro de Top Doctors. Para ella nunca
será comparable beberse un zumo
de fruta con
ingerir una pieza. La razón es que al hacer un zumo,
se exprime la fruta, lo que supone romper sus celdillas naturales
para extraer el jugo. Precisamente en
estas celdillas se encuentra la fibra y al desecharlas, el zumo
apenas la contendrá. “Si hacemos batido e
incluimos la fruta completa entonces sí se mantiene la fibra”,
apunta Marian Alonso-Cortés, dietista – nutricionista, tecnóloga
de alimentos y responsable del departamento técnico en Aizea,
Consultoría en Nutrición y Salud. Si se licúa “también se
convierte en azúcar libre pero mantiene algo el efecto de la fibra
aunque sea tamizada”, comenta Beltrán Margarit.
Volviendo
al zumo de fruta que es el que se exprime… ¿Qué supone a nivel
nutricional dejar la fibra de lado? “Al consumir la pieza de fruta
entera, los azúcares naturales están "encerrados" en las
celdillas celulares vegetales y con la digestión se irán liberando
poco a poco
tras actuar sobre ellas los jugos gástricos. Al exprimirla, rompemos
nosotros esas celdillas por la fricción del exprimidor y la fuerza
de presión sobre ellas”, comenta Beltrán Margarit. Esto se
traduce en que si
nos bebemos un zumo de fruta, los azúcares al estar liberados de sus
celdillas, entrarán de golpe en el organismo,
no poco a poco como sí ocurriría cuando ingerimos una pieza de
fruta
en la que sí hay fibra porque nos comemos también las celdillas.
Esto desemboca en el temido pico
glucémico,
ese que te da un chute de azúcar inmediatamente para al poco rato
caer en picado y hacer que tu organismo demande más azúcar. Nada
recomendable.
En
la web del Centro
Realfooding,
especializado en nutrición, y cuya cabeza visible es Carlos Ríos,
creador del movimiento Realfooding o comida real, viene muy bien
explicado los beneficios de optar por una pieza de fruta: “Tenemos
que tener en cuenta que los azúcares aportados por la fruta se
encuentran inmersos dentro de su matriz alimentaria, lo que hace que
encontremos otros muchos beneficios en la ingesta de fruta: menor
ingesta energética
(alta composición de agua y fibra), mayor
saciedad, alto aporte de micronutrientes y fitoquímicos
y mejora
de la salud de nuestra
microbiota”.
¿Sucede
lo mismo si lo que preparamos es un zumo de verduras que tan en boga
está de un tiempo a esta parte? “La verdura tiene menos vitaminas
y más minerales y almidones. También libera azúcares libres pero
en menos cantidad ya que el exprimidor no deshace los almidones.
Estos han de ser procesados en el tubo digestivo y es de forma algo
más lenta. Los
batidos con verduras son mejores que los de frutas pero lo ideal es
hacer mezclas”,
apunta la doctora Beltrán Margarit.
Y
si hablamos de vitaminas ¿quién gana, el zumo o la pieza de fruta?
“Para hacer un vaso de zumo de unos 200 centímetros cúbicos
solemos utilizar varias piezas de fruta, por lo que si hablamos de
vitaminas, un
vaso de zumo contiene, en general, más vitaminas que una pieza sola
(un vaso equivalente a 2 ó 3 piezas de fruta, dependiendo del tipo
de fruta)”, nos cuenta la doctora Beltrán Margarit. “Con
el zumo mantenemos ciertas vitaminas
pero perdemos otras
que también se encuentran en la piel y en la pulpa”, apunta
Alonso-Cortés.
Todo
lo que hemos hablado se refiere al zumo hecho en casa, no el de brick
del súper. Sobre el zumo industrial hay que tener en cuenta que para
que se conserve en perfectas condiciones, no se altere, oxide ni
oscurezca, suele pasteurizarse y esterilizarse, procesos en los se
pierden vitaminas. Además, en muchas ocasiones
se le añaden azúcar o edulcorantes.
¿Eres
de los que se beben religiosamente un zumo
de naranja
en el desayuno todos los días por la vitamina C? Pues debes saber
que
te saldría mejor tomarte una naranja…
Según la dietista-nutricionista Marian Alonso-Cortés, una naranja
sin exprimir aporta de media 50 mg de vitamina
C
por 100g. Cuando la exprimimos no aprovechamos el 100% de su
contenido en vitamina C porque parte puede quedar en la pulpa. Y ten
en cuenta lo que hablamos más arriba de ingerir los azúcares sin la
fibra… La naranja gana por goleada.
Otro
de los aspectos relacionados con los zumos que queríamos tratar con
las expertas son las supuestas bondades detox de las que presumen
determinados métodos dietéticos basados en pasar varios días a
base de zumo, ya sea de frutas, verduras o ambas. Ambas especialistas
lo han dejado muy claro: estar
varios días alimentándonos de zumos no “detoxifica” o limpia y
además es peligroso.
Si lo hacemos, estaremos privando a nuestro organismo de gran
cantidad de nutrientes que necesita como proteínas y grasas, además
de aportarle azúcares de rápida absorción. “Los zumos pueden
llevar algunos ingredientes, según de qué están hechos, que ayuden
al hígado a trabajar mejor pero tienen más efectos negativos que
positivos si no se consumen con la supervisión de un profesional”,
apunta Beltrán Margarit.
Por
cierto, tampoco otros alimentos como las verduras son detox. No
podemos desintoxicar el cuerpo ingiriendo bebidas o alimentos.
El organismo está preparado para eliminar las toxinas que ingerimos
y otras que él mismo fabrica gracias a los riñones,
que eliminan las sustancias tóxicas presentes en la sangre y las
envían a la orina;
el hígado
que las filtra y metaboliza; el sudor
y las heces.
“Lo
adecuado es intentar comer
bien a diario,
una alimentación equilibrada con poca grasa, azúcares, poca sal…
Así el cuerpo no tendrá necesidad de “limpiar” tanto. También
tener hábitos
sanos:
hacer deporte, evitar el tabaco, el alcohol, dormir, descansar…”,
comenta Alonso-Cortés.
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