Según
la definición clásica, el síndrome de burnout –es decir, de
estar “quemado”– consiste en un trastorno emocional provocado
por el estrés laboral que puede desembocar en ansiedad e incluso
depresión.
Un
estudio de las universidades canadienses de Concordia y Montreal
advirtió que
también se debe valorar la situación que tienen en casa los
afectados,
algo que suele pasarse por alto. Como explican en la revista Social
Psychiatry and Psychiatric Epidemiology,
los científicos entrevistaron a 1.954 empleados de 63 organizaciones
para detectar los múltiples factores –aparte de tener un jefe
tóxico, compañeros abusones u horarios imposibles– que favorecen
el “achicharramiento”.
Sus
conclusiones se pueden resumir en una idea: esta
alteración psicológica no surge aisladamente en la oficina, sino
que tiene consecuencias en el resto de la vida, y viceversa.Así,
la encuesta indica que las personas con pareja estable y niños
pequeños, altos ingresos y accesos a una red de apoyo social fuera
del trabajo presentaban menos problemas mentales.
Claro
está, las
circunstancias puramente laborales son también muy importantes:
estaban menos quemados quienes encontraban respaldo y reconocimiento
entre sus compañeros y superiores y se sentían seguros en su
puesto. Además, la cualificación parece ser un escudo eficaz contra
el burnout, así como, obviamente, que los responsables de las
empresas diseñen tareas motivantes a sus asalariados.
'Burn-Out' se convierte en un síndrome legítimo según la OMS
El
"agotamiento" en el lugar del trabajo se ha convertido en
un problema de salud tan serio en la era moderna que ha sido
reclasificado por la Organización Mundial de la Salud. Dentro del
manual ampliamente utilizado de la agencia, conocido como la
Clasificación Internacional de Enfermedades, el
agotamiento
o síndrome de Burnout
se
incluirá oficialmente en la lista: no como una condición médica
(como algunos informes iniciales han indicado erróneamente), sino
como un "síndrome ocupacional" .
Los cambios de la última edición son relativamente pequeños, pero los expertos tienen la esperanza de que las actualizaciones agreguen legitimidad a un problema emergente e incomprendido.
Incluido por primera vez en la décima edición de esta clasificación, el agotamiento se explicó inicialmente como un "estado de agotamiento vital". La nueva definición de la agencia internacional es un poco más completa.
Basándose en un creciente cuerpo de investigación, la undécima edición ahora afirma que este síndrome se debe únicamente al "estrés crónico en el lugar de trabajo" y que "no debe aplicarse para describir experiencias en otras áreas de la vida".
Los cambios de la última edición son relativamente pequeños, pero los expertos tienen la esperanza de que las actualizaciones agreguen legitimidad a un problema emergente e incomprendido.
Incluido por primera vez en la décima edición de esta clasificación, el agotamiento se explicó inicialmente como un "estado de agotamiento vital". La nueva definición de la agencia internacional es un poco más completa.
Basándose en un creciente cuerpo de investigación, la undécima edición ahora afirma que este síndrome se debe únicamente al "estrés crónico en el lugar de trabajo" y que "no debe aplicarse para describir experiencias en otras áreas de la vida".
Así
es como la OMS caracteriza el agotamiento:
"sentimientos de agotamiento o agotamiento de la energía;
aumento de la distancia mental del trabajo, o sentimientos de
negatividad o cinismo relacionados con el trabajo; y reducción de
la eficacia profesional".
Los
parámetros de agotamiento requieren una gran necesidad de claridad,
y estos nuevos estándares internacionales podrían mejorar
considerablemente el diagnóstico y el tratamiento.
Actualmente,
no existe una forma clara o universal de eliminar los síntomas del
agotamiento de los síntomas de otras afecciones de salud mental,
como la despresón.
En una escala global, esto hace que sea extremadamente difícil para los médicos reconocer el síndrome, y mucho menos para tratarlo, y en algunas profesiones está causando una epidemia.
En una escala global, esto hace que sea extremadamente difícil para los médicos reconocer el síndrome, y mucho menos para tratarlo, y en algunas profesiones está causando una epidemia.
Algunas
investigaciones han demostrado que
el
profundo agotamiento emocional y la negatividad provocados por el
agotamiento pueden cambiar realmente el cerebro de un trabajador,
lo que hace que sea más difícil lidiar con el estrés en el
futuro. Los estudios de neuroimagen incluso han encontrado
similitudes entre los cerebros de los que sufren traumas en la vida
temprana y los que tratan con el agotamiento clínico en la edad
adulta. Si bien estos cambios no siempre son permanentes, afectan
negativamente la salud a largo plazo del trabajador.
Mientras tanto, otros estudios han encontrado patrones similares para el colesterol alto, diabetes tipo 2, hospitalización debido a un trastorno cardiovascular, dolor musculoesquelético, fatiga prolongada, dolores de cabeza, problemas gastrointestinales, problemas respiratorios, lesiones graves e incluso mortalidad antes de los 45 años.
Y esos son solo los efectos físicos. Los efectos psicológicos del agotamiento incluyen enfermedades como el insomnio, la depresión, el uso de medicamentos psicotrópicos y antidepresivos, la hospitalización por trastornos mentales y los síntomas psicológicos de mala salud.
Esta nueva actualización del síndrome de Burnout entrará en vigor en enero de 2022, pero esperamos que con este nuevo anuncio, el agotamiento se reconozca como un problema de salud grave mucho antes.
Mientras tanto, otros estudios han encontrado patrones similares para el colesterol alto, diabetes tipo 2, hospitalización debido a un trastorno cardiovascular, dolor musculoesquelético, fatiga prolongada, dolores de cabeza, problemas gastrointestinales, problemas respiratorios, lesiones graves e incluso mortalidad antes de los 45 años.
Y esos son solo los efectos físicos. Los efectos psicológicos del agotamiento incluyen enfermedades como el insomnio, la depresión, el uso de medicamentos psicotrópicos y antidepresivos, la hospitalización por trastornos mentales y los síntomas psicológicos de mala salud.
Esta nueva actualización del síndrome de Burnout entrará en vigor en enero de 2022, pero esperamos que con este nuevo anuncio, el agotamiento se reconozca como un problema de salud grave mucho antes.
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