Marrón,
azul, verde... ¿Cuál es el secreto detrás de cada color de ojos?
Los
ojos
suelen presentarse en muchas tonalidades,
desde el marrón oscuro casi negro al marrón claro, y desde el
verde, al avellana y o del gris al azul.
Pero, a pesar de las muchas variaciones que percibimos, en realidad
solo hay dos pigmentos diferentes en nuestros ojos: el marrón y el
rojo.
El
área coloreada en la parte frontal del ojo se llama iris. Tiene
alrededor de 12 milímetros de diámetro y una abertura en el medio,
que se llama pupila. El iris está hecho de tejido conectivo y un
músculo delgado que le permite abrirse y cerrarse en respuesta a la
luz.
Nuestro
color de ojos se compone de diferentes
cantidades de pigmento y del tejido conectivo que forma parte del
iris.
El
pigmento que hace que nuestros ojos se vean oscuros
Las
células del iris que producen el pigmento se llaman melanocitos
y
también son responsables del color de nuestro cabello
y de nuestra piel. Los melanocitos pueden producir dos tipos
diferentes de pigmentos: eumelanina,
que es marrón-negro, y la feomelanina, que es roja.
Así,
los ojos oscuros (los color azabache o casi negros) son los que más
pigmento tienen (de eumelanina) y, por el contrario, los ojos azul
claro tienen la menor cantidad de pigmento. Los ojos de tonalidad
azul claro tiene mayor prevalencia en individuos de ascendencia
europea.
Sin
embargo, no existe pigmento azul en nuestros ojos.
¿Por
qué son azules entonces? Debido
a las fibras de colágeno blanco en el tejido conectivo en el iris.
Estas fibras dispersan la luz y hacen que el iris se vea azul.
Los colores de los ojos que se encuentran entre los extremos de color marrón oscuro y azul claro tienen cantidades variables de pigmento y áreas sin ningún pigmento. Esto conduce a los colores únicos que vemos en forma de verde, avellana y gris.
Los colores de los ojos que se encuentran entre los extremos de color marrón oscuro y azul claro tienen cantidades variables de pigmento y áreas sin ningún pigmento. Esto conduce a los colores únicos que vemos en forma de verde, avellana y gris.
Pero
no es solo el color lo que hace que nuestros ojos sean únicos;
la
topografía física del iris también juega un papel importante.
Cuando examinamos nuestros ojos de cerca, podemos ver varios
patrones. El más fácil de detectar es el anillo pigmentado, que es
un anillo de color que rodea la pupila.
Las
áreas donde las fibras de colágeno son menos densas se ven como
depresiones o surcos y se denominan estromas de Fuchs. Las manchas
blancas, o los denominados nódulos de Wolfflin, se deben a puntos
conflictivos de fibras de colágeno. Y Nevi, por otro lado, son
manchas oscuras que se producen como resultado del aumento de la
producción de pigmento por parte de un grupo de melanocitos.
Entonces,
¿qué
regula esta increíble variedad de colores y patrones en nuestros
ojos?
Los
genes y los ojos
Durante
muchos años, los genetistas creyeron que un solo gen era responsable
de decidir el color
de ojos
de un individuo, con ojos marrones dominando a ojos azules. Sin
embargo, dos
padres con ojos marrones pueden tener hijos de ojos azules.
Si
bien el color de los ojos es un rasgo heredado, hoy sabemos que es
mucho más complejo: varios genes contribuyen al espectro de colores
que vemos en la población.
En
lo que respecta al color de los ojos, el número total de genes
responsables actualmente se sitúa en 11. Un grupo de investigadores,
dirigido por Manfred Kayser, profesor de biología molecular forense
en el Erasmus
University Medical Center Rotterdam
en
los Países Bajos, analizó recientemente variantes
en estos genes en más de 3.000 personas de siete países europeos.
Al
comparar estos perfiles genéticos con un nuevo método para evaluar
el color de los ojos en las fotografías, los científicos pudieron
predecir con fiabilidad el color de los ojos en la mayoría de los
casos.
Sin embargo, creen que "futuros estudios de asociación del
genoma probablemente entcuentren nuevos genes de pigmentación y
nuevas variantes de ADN
predictivo
de pigmentación".
Así
las cosas, la genética del patrón ocular está aún en sus inicios,
con algunos de los varios miles de genes implicados en el desarrollo
del iris bajo investigación.
Mientras
continúa la búsqueda de todos los jugadores genéticos que
participan en el color y el patrón de los ojos, podemos seguir
maravillando por el hecho de que herramientas tan sencillas sean
capaces de producir una variedad tan amplia y espectacular de colores
de ojos individuales en nuestra población.
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