Científico
y filósofo francés y brillante genio matemático, que a los 12 años
ya había descubierto por sí
solo que la suma de los ángulos de un triángulo es de 180º. Y al
cumplir los dieciocho años inventó la primera máquina de calcular,
que lleva su nombre.
Genio
precoz y de clara inteligencia, su entusiasmo juvenil por la ciencia
se materializó en importantes y precursoras aportaciones a la física
y a las matemáticas. En su madurez, sin embargo, se aproximó al
jansenismo (movimiento
reformista católico iniciado por Jansenio
que, basándose en la doctrina de San
Agustín de Hipona
sobre la gracia y el pecado original, propugnaba un mayor rigorismo
moral),
y, frente al racionalismo imperante, emprendió
la formulación de una filosofía de signo cristiano
(truncada por su prematuro fallecimiento), en la que sobresalen
especialmente sus reflexiones
sobre la condición humana,
de la que supo apreciar tanto su grandiosa dignidad como su mísera
insignificancia.
La
tensión de su pensamiento entre la ciencia y la religión
quedó reflejada en su admisión de dos principios del conocimiento:
la razón (esprit géométrique), orientada hacia las
verdades científicas y que procede sistemáticamente a partir de
definiciones e hipótesis para avanzar demostrativamente hacia nuevas
proposiciones, y el corazón (esprit de finesse), que no se
sirve de procedimientos sistemáticos porque posee un poder de
comprensión inmediata, repentina y total, en términos de intuición.
En esta última se halla la fuente del discernimiento necesario para
elegir los valores en que la razón debe cimentar su labor.
Aunque
Pascal rechazó siempre la posibilidad de
establecer pruebas racionales de la existencia de Dios, cuya
infinitud consideró inabarcable para la razón, admitió no obstante
que esta última podía preparar el camino de la fe para combatir el
escepticismo.
Desarrolló
el
diseño y la construcción de una máquina aritmética,
que sería llamada Pascaline,
capaz de efectuar sumas y restas con simples movimientos de unas
ruedecitas metálicas situadas en la parte delantera; las soluciones
aparecían en unas ventanas situadas en la parte superior. Se
conservan todavía varios ejemplares del modelo que ideó, algunos de
cuyos principios se utilizaron luego en las modernas calculadoras
mecánicas.
Comenzó
a interesarse
también por la física, en especial por la hidrostática, y
emprendió
sus primeras experiencias sobre el vacío;
intervino en la polémica en torno a la existencia del horror
vacui
en la naturaleza y realizó importantes experimentos.
Se
ocupó
de las propiedades del triángulo aritmético
hoy llamado de Pascal y que da los coeficientes de los desarrollos de
las sucesivas potencias de un binomio; su tratamiento de dicho
triángulo en términos de una «geometría del azar» convirtió a
Pascal en uno de los fundadores del cálculo matemático de
probabilidades.
Elaboró
su estudio de la cicloide,
que resultó un importante estímulo en el desarrollo del cálculo
diferencial.
Debido
a su temprano deceso,
muchos escritos en los que trabajaba quedaron inconclusos, pero esto
no fue un gran impedimento para sus amigos y familiares quisieran
dar a conocerlos. Entre los textos publicados póstumamente destaca
Pensamientos
sobre la religión,
en el que se defiende la cristiandad ante los ateos y escépticos,
además de una profunda reflexión sobre lo que es el ser humano.
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