¿De dónde viene esta expresión?
Muchas de las expresiones que utilizamos actualmente provienen de la Grecia clásica, como este conocido dicho para frenar a los que se entrometen en lo que no deben.
Uno
de los pintores
más importantes y famosos de la Grecia
antigua
fue Apeles (Colofón,
352 a.C.- Cos, 308 a.C.). Filipo
de Macedonia y Alejandro Magno confiaron en su pincel para perpetuar
su imagen. No se conserva ninguna de sus obras,pero
la literatura describió con mucho detalle el estilo de sus cuadros.
De
hecho, Plinio
el Viejo recogió una anécdota protagonizada por el artista que dio
origen a una famosísima expresión que
seguimos utilizando hoy.
A
Apeles le gustaba mostrar sus cuadros en público para ver si
gustaban o no,
y mejorar aquellas cosas que no convenciesen a sus conciudadanos. En
una de estas exposiciones en la plaza, un
zapatero que pasaba por el lugar criticó la forma de las sandalias
de uno de los personajes retratados en su pintura.Apeles, que
aceptó la crítica, decidió
modificar dicho complemento en su taller,
y volvió a mostrar su obra en la calle.
Cuando el
zapatero volvió a ver el cuadro y
observó que el pintor lo había corregido, decidió
criticar más elementos del retrato.
Apeles,
para frenar tanta sabiduría, le dijo: zapatero, a tus zapatos. Y
desde aquel momento, todos los que juzgan materias de las que no son
especialistas son frenados con este dicho de la Grecia clásica.
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