La
versión que los hermanos Grimm hicieron de los cuentos populares es
la más conocida en nuestros días, pero las historias originales
eran muy distintas.
En
el siglo XIX, un filólogo y un poeta alemanes, conocidos
internacionalmente como los hermanos Grimm, decidieron reunir la gran
mayoría de los relatos folklóricos del centro de Europa
en un solo libro que recopilaba la tradición y el saber popular de
medio continente. Desde entonces, generaciones enteras de niños han
crecido escuchando las historias de Jacob y Wilhelm Grimm; desde
‘Blancanieves’
hasta ‘Hansel
y Gretel’.
Aunque, sin duda, uno de los más conocidos fue el clásico
‘Caperucita
Roja’.
El
público al que los hermanos quisieron dirigir sus textos y el
momento social en el que los redactaron hizo que tuvieran que adaptar
algunos aspectos de las historias que podían considerarse violentos,
inmorales o poco apropiados. Según sus propias palabras, tuvieron
que “borrar cuidadosamente todas las expresiones inadecuadas para
la niñez” para que la moraleja que querían dar a conocer llegase
a los más pequeños. La historia de esa adorable e inocente niña
que fue a visitar a su abuela dio un giro de 180º y pasó de una
terrorífica historia gore
al cuentecillo
que todos conocemos.
Los
hermanos Grimm basaron su versión en el cuento de Charles
Perrault
manteniendo la carrera hasta casa de la abuelita y el engaño del
lobo disfrazado, aunque en la historia del francés, la abuelita y
Caperucita eran devoradas al final del cuento. Los Grimm introdujeron
a un personaje nuevo, el cazador o leñador, que liberaba a abuela y
nieta de la bestia y ponía el broche a una historia con final feliz.
Al salir viva de la temible experiencia, Caperucita podía recordar
las palabras de su madre y resaltar la enseñanza de todo el relato:
“quédate en el camino, no hables con extraños, sé obediente…”.
Mientras
que el cuento de los hermanos Grimm, como también harían con
‘Blancanieves’,
presentaba una visión mucho más dulcificada e inocente de los
hechos, el material en el que se basaba resultaba siniestro y
sangriento. La historia original en la que se basa ‘Caperucita
Roja’
proviene de los Alpes
italianos y se conocía como ‘La
finta nona’
(‘La abuela falsa’). Caperucita es representada como una
adolescente que entra en el mundo de los adultos (la capa roja
representa la menstruación) y su alto contenido en simbolismos
sexuales y violencia servía para advertir a las jóvenes de la época
de los peligros de confiar en cualquiera y “dejarse engañar por
los lobos”.
En
‘La
finta nona’,
cuando el lobo llega a casa de la abuelita, la mata y hace filetes
con su carne y vino con la sangre antes de disfrazarse con su ropa.
Cuando Caperucita aparece, este le sirve de comer a su propia abuela
haciéndola caer en el canibalismo,
uno de los peores crímenes. Después la obliga a desnudarse y
meterse en la cama con él. Según el momento y la versión, los
finales variaban entre la huida de Caperucita y la muerte del lobo
ahogado en un río y la muerte de la niña a manos de la bestia.
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