El
responsable de este diseño fue Jesse W. Reno, quien ya planteó un
primer boceto del invento con tan solo 16 años.
El
siglo XIX fue el siglo de los inventos;
una época en la que mentes
brillantes diseñaban, creaban y patentaban
(a veces solo realizaban este último paso) aparatos de todo tipo que
revolucionaban a la sorprendida sociedad. Aunque personajes como
Nikola
Tesla,
Thomas
Edison
o Alexander
Graham Bell
han pasado a la historia, hay muchos
otros nombres que son menos recordados
a pesar de que sus ingenios se utilizan día tras día. De entre
todos ellos hoy toca referirse a Jesse
W. Reno,
inventor de las escaleras mecánicas.
Nacido
en 1861 en Fort Leavenworth (Kansas), hijo del oficial del 9º
Regimiento del ejército unionista durante la Guerra
de Secesión estadounidense
(1861-1865), su
talento para la ingeniería y sus deseos por ser inventor se
revelaron a muy temprana edad.
Con tan solo 16 años, Jesse W. Reno formuló su primera idea de una
escalera inclinada móvil. Realizaría sus estudios de ingeniería en
la Universidad
Lehigh de Pennsylvania,
graduándose en 1883 en un grado de minería y más tarde en otro en
metalurgia.
Tras
finalizar sus estudios, Reno viajó hasta Colorado y de allí se
marchó a Americus (Georgia), donde construiría la primera escalera
mecánica de la historia y la patentaría como “Nuevo
y práctico transportador/elevador sin fin”
en 1891. Años antes, en
1859, Nathan Ames patentó un invento similar al de una escalera
mecánica
que funcionaba con una máquina
de vapor
pero que nunca llegó a construir.
En
1895 Jesse Reno instalaría
otra escalera mecánica con un 25% de inclinación en Coney Island
como una atracción de entretenimiento para el público que visitaba
el barrio neoyorquino. Esta estuvo activa durante una exhibición de
dos semanas y se estima que la utilizaron 75.000
entusiasmados pasajeros.
El éxito de este diseño hizo que Reno planeara un ambicioso
proyecto para incluir sus escaleras, esta vez de doble sentido, en el
metro de Nueva
York.
Sin embargo, fue rechazado en un primer momento y el inventor decidió
mudarse a Londres
y fundar la compañía Reno
Electric Stairways and Conveyors
en 1902.
Esta
nueva etapa se vio plagada de éxitos y de la popularización de su
invento siendo instalado
por toda Europa y Estados Unidos,
especialmente en las cada vez más comunes redes de metro
que surgían en las grandes ciudades a principios del siglo XX. Tal
vez fuese esta bonanza lo que llevó a Jesse Reno a arriesgarse en un
plan para desarrollar
la primera pasarela móvil en espiral.
Tras el duro trabajo que supuso y el hecho de haber sufragado él
mismo su construcción e instalación en el metro de Londres,
el plan de Reno y William Henry Aston (su socio) se vio abocado al
fracaso debido a que nunca
fue utilizado por el público.
Esta
situación fue aprovechada por la compañía Waygood
& Otis
para hacerse
con un tercio de la empresa de Jesse Reno
y, al poco tiempo, con la patente
de las escaleras mecánicas del inventor en 1911. Reno
volvería a los Estados Unidos tras estos fracasos, donde fallecería
en 1947.
En
2007 fue incluido en el Salón de la Fama de los Inventores
y su
creación se puede encontrar prácticamente en cualquier rincón
del
planeta.
El sistema combinado de escaleras mecánicas más largo del mundo se
encuentra en Hong Kong, mide
800 metros de
longitud y conecta el centro de la ciudad con el barrio residencial
de los Mid-Levels.
No hay comentarios:
Publicar un comentario