Un
9 de noviembre de 1729 se firmaba en la capital hispalense el Tratado
de Sevilla, con el que se ponía fin al conflicto anglo-español de
1727-1729. Signaron el acuerdo los representantes de España,
Francia, Gran Bretaña y posteriormente de los Países Bajos. La
firma se realizó en la ciudad de Sevilla por hallarse residiendo en
ella el rey Felipe V y su corte entre los años 1729 y 1733.
Los
plenipotenciarios asistentes fueron: Juan bautista de Orendain y José
Patiño en nombre de Felipe V, William Stanhope y Benjamin Keene en
representación de Jorge II de Gran Bretaña y el marqués de Brancas
por parte del rey Luis XV de Francia. Francisco Vandermeer, delegado
de los Estados Generales de los Países Bajos, se adhirió al tratado
el 21 de noviembre del mismo año.
En
las claúsulas del documento se indicaba que Gran Bretaña conservaba
el dominio del puerto de Mahón en la isla baleárica de Menorca y el
Peñon de Gibraltar.
España
reconoció así el equilibrio europeo impuesto por la Triple Alianza:
la cesión de Gibraltar y Menorca a Gran Bretaña y el mantenimiento
de los privilegios comerciales ingleses.
La
ventaja derivada de tales acuerdos para la reina Isabel de Farnesio,
y para su marido, el rey Felipe V, es el reconocimiento de la
sucesión del infante don Carlos (futuro Carlos III de España) a los
ducados de Parma, Piacenza y Guastalla.
Mediante
el tratado, Francia, Inglaterra y España se comprometían a mantener
una pequeña fuerza de 8.000 soldados de infantería y 4.000 de
caballería para apoyarse mutuamente en caso de necesidad. También
se acordaba que una expedición española de 6.000 soldados podría
entrar en las plazas de Livorno, Porto Ferraio, Parma y Piacenza para
asegurarse la sucesión del infante don Carlos en esos estados del
Norte de Italia. Esta cláusula encontraría reticencias de Francia,
que no deseaba facilitar las cosas a España en tierras italianas.
El
20 de enero de 1731 fallecía el Duque de Parma, Antonio Farnesio, y
la sucesión correspondía pues a don Carlos. Sin embargo, el
Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Carlos VI envió
tropas a ocupar Parma y Piacenza. El Rey de España recurrió
entonces al Tratado de Sevilla y pidió ayuda a Francia, pero al no
llegar respuesta de Versalles el día 28 de ese mismo mes Felipe V
declaró sentirse libre de las ataduras del Tratado y presto a tomar
el partido que más conviniera a sus intereses
Todas
las potencias europeas trataron de evitar la guerra y el 16 de marzo
de 1731 se firmaba un nuevo tratado en Viena entre Reino Unido,
Holanda y Austria; y en julio se firmará otro entre España y
Austria. Los austriacos reconocían las propuestas del Tratado de
Sevilla y aceptaban que tropas españolas entrasen en Parma, Piacenza
y la Toscana. El 20 de octubre el infante Carlos se despedía de sus
padres en Sevilla, y llegaba a Italia el 27 de diciembre de ese año
1731.
Los
Borbones de España reanudaban, ahora con éxito, su política de
recuperación en Italia. No sería su último triunfo.
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