Los
guerreros vikingos disfrutaron de los impresionantes cielos de
auroras boreales a su paso por zonas polares.
Los
vikingos
dividían el año en dos estaciones: invierno y verano, con 6 meses
cada una. Durante los meses de frío, estos exploradores del mar del
Norte solían presenciar auroras boreales. El asombroso fenómeno
atmosférico iluminaba las noches de estos fieros guerreros
medievales cuando se encontraban en zonas polares, dejando
espectaculares vistas como esta en las islas Lofoten.
Además
de los impresionantes paisajes de los que disfrutaron los vikingos,
estas islas cuentan con el museo Lofotr, donde se ha reconstruido la
jefatura vikinga de Bogr que, por sus grandes dimensiones, se cree
que pudo haber sido de uno de los jefes vikingos más poderosos del
norte de Noruega. Además, todos los años en el mes de agosto se
celebra un festival vikingo durante cinco días, que devuelve a los
lugareños a esta época.
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