Hay que removerlo de abajo a arriba con una cuchara de metal.
No
hay nada como una buena taza de café caliente en esta época del año
tan fría. Pero caliente no quiere decir hirviendo y ocurre que, a
veces, el delicioso brebaje sale de la cafetera a una temperatura tan
elevada que resulta casi imposible no quemarse al beberlo. Pero,
¿existe alguna manera efectiva de enfriarlo un poco de forma rápida?
Curiosamente,
si echamos mano a la física veremos que es más sencillo enfriar el
café cuanto más caliente está. Y eso es debido a que la velocidad
de enfriamiento es mucho mayor en los líquidos calientes, lo que
provoca, por ejemplo, que el agua caliente se congele antes que la
fría.
Pero,
para enfriarlo la física aconseja echar mano de una cucharilla de
metal. Por un lado, el metal es un buen conductor del calor por lo
que absorberá algo de la temperatura del café. Para rematar la
jugada, hay que revolverlo, pero no como solemos hacer cuándo
echamos el azúcar, girando la cucharilla en el sentido de las agujas
del reloj.
Lo
que aconseja la física es removerlo de abajo a arriba. Todo se debe
un fenómeno llamado convección que hace que las moléculas más
calientes de un líquido se aceleren y sean menos densas, lo que las
hace subir a la superficie, mientras que las más frías descienden.
Por ese motivo, la superficie de la taza de café está siempre más
caliente. Al remover el líquido de arriba a abajo, hacemos que las
moléculas más frías asciendan a la superficie, lo que hará que la
temperatura de la bebida nos parezca más tibia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario