Un proyecto de la ESA utiliza esta técnica para crear ambientes con diferentes funciones
La
combinación de la técnica japonesa de origami y los textiles están
transformando los planes de arquitectura para hábitats humanos y
estaciones de investigación en la Luna y Marte. Las pruebas de campo
iniciales del prototipo de origami del proyecto MoonMars serán
presentadas en el Congreso Europeo de Ciencias Planetarias por Anna
Sitnikova.
MoonMars
es una colaboración entre el Grupo
de Trabajo Internacional de Exploración Lunar (ILEWG), ESA-ESTEC y
el estudio de arquitectura textil Samira
Boon.
El equipo de MoonMars ha incorporado la estructura de origami en los
procesos de tejido digital para esculpir formas complejas que son
compactas de transportar y fáciles de desplegar a través de
mecanismos hinchables en entornos extraterrestres.
"Las
estructuras de origami hechas de telas se pueden desplegar en una
gran variedad de formas diferentes. Son livianas. Se pueden desplegar
fácilmente y reutilizar en diferentes configuraciones y tamaños
para un uso espacial flexible. Las estructuras siguen siendo
funcionales en circunstancias cambiantes, extendiendo así su uso
vida útil “,explica Sitnikova en un
comunicado.
En
el entorno hostil del espacio, los textiles de alto rendimiento y la
naturaleza flexible del origami unidas pueden proporcionar ventajas
arquitectónicas únicas. Las caras en diferentes en ángulo de las
estructuras de origami hacen que los micrometeoritos tengan menos
probabilidades de golpear las superficies a 90 grados, disipando la
energía y los riesgos de penetración, protegiendo así a los
astronautas dentro de los hábitats. Al mismo tiempo, los paneles
solares confeccionados directamente en las telas pueden aprovechar la
energía durante el día. Finalmente, las diferentes caras pueden ser
transparentes y opacas y cambiar de dirección para alterar la
iluminación interna y las condiciones climáticas del hábitat.
“El
origami utilizado en arquitectura espacial promueve enfoques y
aplicaciones interdisciplinarias – concluye Sitnikova –. Los
hábitats construidos con estas estructuras son temporales y vivos,
ya que son capaces de transformarse y redefinirse a sí mismos en
consonancia con los factores humanos y ambientales”.
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