“Déjame entrar” de John Ajvide Lindqvist.
Oskar,
un niño solitario y triste que vive en los suburbios de Estocolmo,
tiene una curiosa afición: le gusta coleccionar recortes de prensa
sobre asesinatos violentos. No tiene amigos y sus compañeros de
clase se mofan de él y le maltratan. Una noche conoce a Eli, su
nueva vecina, una misteriosa niña que nunca tiene frío, despide un
olor extraño y suele ir acompañada de un hombre de aspecto
siniestro. Oskar se siente fascinado por Eli y se hacen inseparables.
Al mismo tiempo, una serie de crímenes y sucesos extraños hace
sospechar a la policía local de la presencia de un asesino en serie.
Nada más lejos de la realidad. Una historia de terror contemporáneo
de extraordinaria originalidad que entusiasmará a los aficionados al
género.
Novela
de terror fantástico que se estructura
en cinco partes que se dividen a su vez en varios capítulos que
abarcan ciertos periodos de tiempo medidos en días y
que presenta una versión bastante
diferente del vampiro tradicional a través de personajes que
reflejan muchos de los aspectos más oscuros del ser humano.
Déjame
entrar supone un revulsivo en las novelas de vampiros de la época
moderna: Lindqvist toma el mito del vampiro y lo moldea a su completo
antojo, sin tener la menor preocupación por los esquemas
preestablecidos; mantiene aspectos clásicos de la concepción
original pero poco explotados y, al mismo tiempo, añade nuevos
factores que tienen gran belleza poética como imágenes.
Aunque
mantiene los códigos de las novelas de vampiros de toda la vida sin
embargo los trata con seriedad y con cierta complejidad psicológica.
Sobre todo, la relación entre la pequeña vampira sin edad y el
acomplejado niño Oskar está tratada con bastante sensibilidad y
realismo. Además, la trama sobrenatural se proyecta sobre un fondo
social corrupto y degenerado muy alejado de la imagen idílica que
tenemos de Suecia por estos lares.
A
pesar de contener
algunos momentos un tanto gore,
no es su
aspecto más aterrador. Con escenas muy
crudas trata temas
como el bullying,
las
drogas, la
delincuencia juvenil, el
abuso, el alcoholismo, la prostitución infantil, las violaciones,
los asesinatos y hasta la
pedofilia.
El autor
mezcla desde lo más rutinario hasta lo
más insólito y
retrata un
ambiente oscuro que se genera con todos
los elementos, desde los personajes hasta el escenario que
transmiten una sensación de pesimismo y
miseria mantenidas a
lo largo de todo el libro.
Déjame
entrar transcurre por completo
dentro de un pueblo gélido y gris, en un país aislado, en un pueblo
aislado, en un apartamento y una escuela aislados, protagonizado por
personajes solitarios. La nieve que
puebla casi el 90% de las
escenas es un personaje más, vistiendo
y subrayando esa soledad, y, contrastada con el color de la sangre,
representa lo opuestos que son los dos personajes centrales.
Opuestos, y al mismo tiempo, idénticos. En
esencia el trasfondo completo es absolutamente depresivo y
esta nostalgia tiñe todos los eventos
transcurridos en la novela, desde la descripción de una de las
escenas más perturbadoras que se hayan escrito involucrando gatos,
hasta el desarrollo de un amor que se convierte en la única y tenue
luz que ilumina toda esa soledad, una luz minúscula pero que provoca
una viva y feroz esperanza.
Encontramos
una gran variedad de personajes muy bien estructurados, complejos,
entrañables y, ante todo, con quienes el lector puede sentirse
identificado en zonas muy profundas e íntimas. Y todos estos
personajes no tienen nada en común, hasta que suceden los
acontecimientos que cambiarán la historia de esta ciudad sueca.
La
historia es narrada desde el punto de vista de estos personajes, que
perciben algo extraño respecto a diferentes asesinatos que se
comienzan a producir en los suburbios de Estocolmo. Dentro de los
capítulos se dan varios saltos de puntos de vista, lo cual le da un
ritmo bastante ágil a la novela y además nos permite apreciar los
acontecimientos desde diferentes perspectivas.
Ha
habido dos adaptaciones a la gran pantalla de la novela: la
primera de ellas procede del país natal del escritor, Suecia.
“Déjame entrar” (“Låt den rätte komma in”, Tomas
Alfredson, 2008) tiene como guionista al mismo John Ajvide Lindqvist,
garantizando una fidelidad casi absoluta a su propia obra y con un
elenco protagonista magistral. Prácticamente desde su estreno se
convirtió por derecho propio en una película de culto y referencia
inexcusable para los amantes del buen terror con los años 80 como
telón de fondo. La segunda adaptación, por supuesto, es una
adaptación estadounidense (“Let me in”, Matt Reeves, 2010) donde
cambian los nombres de los personajes pero que resulta mimética
prácticamente plano a plano. No obstante hay que reconocer que
mantiene su propio espíritu y, pese a saber el espectador que está
viendo la misma película, curiosamente no se quejará. A resaltar la
interpretación de la joven y llena de talento Chloë Grace Moretz en
el papel de la misteriosa Eli (rebautizada como Abby). Aunque algunas
fuentes informan de que el título del libro hace referencia a la
canción “Let the Right One Slip In” del letrista y vocalista de
la banda “The Smith” de 1980 a 1987, Steven Patrick Morrissey.
Tom Gatty, en “The Times”, describió las letras de Morrissey
como “dramáticas, sombrías, divertidas viñetas sobre relaciones
condenadas, discotecas solitarias, la carga del pasado y la prisión
del hogar”. Sin embargo parece más adecuado asociarlo con el mito
folclórico de los vampiros desde antiguo que dice que no pueden
entrar en una casa sin haber previamente sido invitados a ello. Esto
es algo que también puede verse en “El misterio de Salem’s Lot”
de Stephen King, por poner solo un ejemplo destacable.
Lindqvist
logra escribir
una historia tan original y con tanto talento que fascina a los
fanáticos de los vampiros, a los críticos literarios más exigentes
y a los lectores en general. Déjame
entrar
es una novela extraordinaria, más allá de géneros y etiquetas
pues
remarca el
terror
basado más en nuestra parte oscura que en monstruos folclóricos
y
el aspecto romántico de los vampiros a través de la más original
historia de amor infantil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario