1848
se reúne la primera
Convención Feminista para los Derechos de la Mujer, en Seneca
Falls (EE.UU.), en la que se solicita la equiparación de sus
derechos con los de los hombres. (Hace 170
años).
El
19 de julio de 1848 en el estado de Nueva York y en la capilla
wesleyana de Seneca Falls fue aprobado el documento conocido como
"Declaración de Seneca Falls" o "declaración
de sentimientos". A partir de este momento los esfuerzos
igualitarios y aislados de muchas mujeres y algunos varones
comenzaron a canalizarse en movimientos feministas organizados y
conscientes, primero en América después en el resto de los países.
Alrededor
de setenta mujeres significativas y treinta varones, lideradas por
Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott, se reúnen para estudiar las
condiciones y derechos sociales, civiles y religiosos de la mujer. Al
término de la Asamblea redactan un texto cuyo modelo es la
Declaración de Independencia. En la declaración de Seneca Falls,
que ellas llamaron "Declaración
de sentimientos",
encontramos dos grandes apartados teóricos: de un lado, las
exigencias para alcanzar la ciudadanía civil y, de otro lado, los
principios que deberían modificar las costumbres y la moral. Por su
tradición republicana (derechos del hombre e igualdad natural) las
mujeres allí reunidas exigen plena ciudadanía; por su tradición
protestante (libertad individual) apelan al derecho de la conciencia
y la opinión. La vindicación de ciudadanía civil suponía la
modificación de las leyes que impedían "la
verdadera y sustancial felicidad de la mujer".
La ley situaba a las mujeres en una posición inferior a la del
hombre, lo que era contrario al gran precepto de la naturaleza "la
mujer es igual al hombre".
La declaración de Seneca Falls se enfrentaba a las restricciones
políticas: no poder votar, ni presentarse a elecciones, ni ocupar
cargos públicos, ni afiliarse a organizaciones políticas o asistir
a reuniones políticas. Iba también contra las restricciones
económicas: la prohibición de tener propiedades, puesto que los
bienes eran transferidos al marido; la prohibición de dedicarse al
comercio, tener negocios propios o abrir cuentas corrientes. La
Declaración se expresaba en contra de la negación de derechos
civiles o jurídicos para las mujeres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario