Será difícil encontrar a un adulto que no haya oído hablar de la Caja de Pandora, una de las muchas leyendas con las que los griegos de la antigüedad intentaban explicar las realidades con las que se encontraban en el mundo de los mortales. A grandes rasgos, sabemos que Pandora tenía una caja de la que un día salieron todos los males de la humanidad, pero tendemos a olvidar los detalles. Por ello, hoy repasamos el origen de la expresión que, seguramente en la opinión de muchos lectores, puede esconder un perjuicio machista.
Todo lo que sabemos de Pandora y su Caja, que en realidad no era una caja sino una jarra (`pithos´), nos ha llegado de la mano de Hesiodo, poeta del siglo VII a. de C. que redactó una serie de poemas incluidos en sus dos grandes obras, la Teogonía y los Trabajos y Días; en el primero nos cuenta las múltiples leyendas de cómo aparecieron los dioses, la larga sarta de figuras acompañantes (titanes, musas, gigantes, etc.), y las luchas entre ellos por el poder; Obras y Días está más dedicado a los hombres y a afirmar que el trabajo es el destino inevitable del hombre.
La historia de Pandora comienza cuando Zeus, enfadado con Prometeo por haberle dado el fuego a los humanos, ordena al dios Hefesto que cree a la primera mujer para casarla con Epimeteo, el hermano de Prometeo. Como regalo de bodas, Zeus entrega a Pandora una jarra con la condición de que no la abriera bajo ninguna circunstancia. Se supone que Zeus quería castigar a los humanos y sabía que Pandora no podría resistir la curiosidad y terminaría destapando el artefacto. Fue precisamente lo que sucedió, y cuando Pandora la abrió, de la caja o jarra salieron todos los males de la humanidad. Al cerrar la jarra, se dejó el único bien contenido en ella, el espíritu de la esperanza (`Elpis´).
No se escapa la similitud con la Eva de la Biblia, a quien también se achaca la culpabilidad de todo el mal humano. Es posible que, como en otros muchos casos, que el origen de ambas historias provengan de una misma fuente.
No se escapa la similitud con la Eva de la Biblia, a quien también se achaca la culpabilidad de todo el mal humano. Es posible que, como en otros muchos casos, que el origen de ambas historias provengan de una misma fuente.
Hoy en día, abrir la caja de Pandora significa realizar una acción aparentemente inocua que puede tener consecuencias perversas.
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