El
invierno viene asociado generalmente con un frío
permanente
que se nota no solo en las temperaturas al aire libre, sino también
dentro de nuestro cuerpo. Tan pronto como el clima ártico se pone en
marcha, también muchos enfermamos. Estas son 3 razones por las que
enfermamos más en el último mes del año:
Hace
frío
Parece
obvio pero, por desgracia, es uno de los causantes de que se
propaguen más el rinovirus, pues muchas investigaciones ya han
demostrado que
los
virus que provocan resfriados en los seres humanos se replican mucho
mejor en los ambientes más frescos (como
la cavidad nasal). Además, respirar aire frío nos hace más
débiles, pues nuestro sistema inmunológico produce menos agentes en
la lucha contra los virus, por lo que las infecciones pueden entrar
en nuestro cuerpo como reyes en un castillo. “Las temperaturas más
frías representan una respuesta inmune más lenta y una mayor
susceptibilidad a la infección”, según una investigación de la
Facultad
de Medicina de la Universidad de Yale
(EE.UU.).
Examinando las células de las vías respiratorias de un grupo de
ratones descubrieron que el sistema inmunológico producía menos
proteínas llamadas interferones a temperaturas más bajas,
permitiendo que el virus del resfriado floreciera.
Hay
más oscuridad
En
invierno disfrutamos de muchas menos horas de sol, lo que significa
que estamos recibiendo menos rayos de sol en comparación con otros
meses y nuestra piel produce menos vitamina D como resultado. Esa
vitamina juega un papel clave en las defensas de nuestro organismo.
Entre sus muchas aplicaciones,
la vitamina D está implicada en la función inmune,
así como en el crecimiento de las célula y los huesos y la
absorción del calcio del cuerpo.
Propagación de los gérmenes
La ley de probabilidad nos dice que cuanta más gente a nuestro alrededor esté enferma, más probable es que nos contagiemos. Teniendo en cuenta que las personas somos más bien descuidadas acerca de la propagación de gérmenes (si tosemos o estornudamos, deberíamos lavarnos las manos a continuación) en los meses más cálidos, es probable que esto siga siendo igual en las épocas más frías. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades advierten que los gérmenes expulsados durante la tos o los estornudos pueden vivir perfectamente en superficies como tiradores de puertas, escritorios, cafeteras... durante dos horas o incluso más. Respecto a la gripe, el CDC señala que la calidad infecciosa de la gripe tiene un largo alcance: las personas con gripe pueden contagiar otros hasta cerca de 2 metros de distancia.
Propagación de los gérmenes
La ley de probabilidad nos dice que cuanta más gente a nuestro alrededor esté enferma, más probable es que nos contagiemos. Teniendo en cuenta que las personas somos más bien descuidadas acerca de la propagación de gérmenes (si tosemos o estornudamos, deberíamos lavarnos las manos a continuación) en los meses más cálidos, es probable que esto siga siendo igual en las épocas más frías. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades advierten que los gérmenes expulsados durante la tos o los estornudos pueden vivir perfectamente en superficies como tiradores de puertas, escritorios, cafeteras... durante dos horas o incluso más. Respecto a la gripe, el CDC señala que la calidad infecciosa de la gripe tiene un largo alcance: las personas con gripe pueden contagiar otros hasta cerca de 2 metros de distancia.
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