Giambattista
Bodoni (1740–1813): maestro impresor y editor cuyos trabajos
son reconocidos por la exquisitez y precisión con que están
realizados.
Su
padre le enseñó sus habilidades de impresor cuando él era muy
pequeño. Al cumplir su mayoría de edad, Bodoni empezó a trabajar
como tipógrafo en la imprenta de la
Congregación para la Defensa de la Fe,
que se encontraba en Roma;
el director de dicha Congregación se suicidó en 1766,
tras lo que Bodoni decidió abandonarla. Tiempo después el duque
Fernando de Parma
lo nombra director de la Imprenta Real para la supervisión de
impresión y la producción de elegantes ediciones. Bodoni demostró
su talento, ya que era un tipógrafo innovador; en sus obras se
aprecia el cuidado de sus formas y soportes, así como la armonía
expresiva.
Hacia
el año 1770,
Bodoni creó un taller de fundición de tipos, en el cuál edita su
primera obra tipográfica, Fregie
Majuscole
(1782),
y dos décadas más tarde creó su propia imprenta. Sus ediciones
fueron muy exitosas por su alta calidad y la elegancia en la
utilización de ilustraciones.
En
1788
fue publicado el primer volumen de su Manuale
tipográfico,
el más importante tratado sobre tipografía
de la época. Este manual contiene 600 láminas, 100 alfabetos
romanos, 50 itálicos y 28 griegos;
además, en él se encuentran los primeros tipos modernos: refinados
y rigurosos. Bodoni incluyó en el manual cuatro principios que
constituyen la belleza
de una tipografía: uniformidad o regularidad de los diseños,
elegancia
y nitidez,
buen gusto, y por último, el encanto,
es decir, la
impresión debe hacerse con paciencia y cuidado, como un acto de
amor.
Bodoni
murió en Parma
en el año de 1813; varios años después su viuda Margherita publicó
los volúmenes del Manuale
Tipográfico
inconclusos a su muerte.
Las
ediciones de Bodoni tuvieron un enorme éxito debido a la excelente
calidad de las mismas, utilizando para ello ricas ilustraciones y
elegantes tipografías. Miembros de la aristocracia europea,
coleccionistas, eruditos disfrutaban de sus libros para los que él
personalmente mezclaba las tintas, usaba papel de la mejor calidad,
diseñaba elegantes páginas y los imprimía y encuadernaba
primorosamente.
Entre
sus ediciones más conocidas destacan Epithalamia
exoticis linguis reddita
(1775), los trabajos de Oracio (1791) y Poliziano (1795), la
Gerusalemme
liberata,
el Oratio
dominica
(1806) y la popular Iliada.
Recibió
asimismo honores por parte del Papa y varios reyes europeos y la
ciudad de Parma creó una medalla en su honor
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