Este
mes leemos “Crónica de una muerte anunciada” de Gabriel García
Márquez.
Acaso
sea la obra más «realista» del escritor, pues se basa en un hecho
histórico acontecido en la tierra natal del mismo. Cuando empieza la
novela, ya se sabe que los hermanos Vicario van a matar a Santiago
Nasar -de hecho ya le han matado- para vengar el honor ultrajado de
su hermana Ángela, pero el relato termina precisamente en el momento
en que Santiago Nasar muere. El tiempo cíclico, tan utilizado por
García Márquez en sus obras, reaparece aquí minuciosamente
descompuesto en cada uno de sus momentos, reconstruido prolija y
exactamente por el narrador, que va dando cuenta de lo que sucedió
mucho tiempo atrás, que avanza y retrocede en su relato y hasta
llega mucho tiempo después para contar el destino de los
supervivientes. La acción es, a un tiempo, colectiva y personal,
clara y ambigua, y atrapa al lector desde un principio, a pesar de
que conoce el desenlace de la trama. La dialéctica entre mito y
realidad se ve potenciada aquí, una vez más, por una prosa tan
cargada de fascinación que las eleva hasta las fronteras de la
leyenda.
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