Este
mes leemos Misericordia de Benito Pérez Galdós.
En
esta novela Galdós refleja la vida de las clases más humildes del
Madrid de finales del siglo XIX.
Narra, en medio de un descarnado desfile de pordioseros, tullidos y
demás menesterosos de los bajos fondos de la capital de España, las
andanzas mendicantes de Benina y el ciego "Almudena".
Benina,
mujer de una humanidad admirable que sirve en una casa de la
burguesía madrileña en decadencia, se ve obligada a mendigar para
ayudar económicamente a sus amos. El orgullo y la importancia de las
apariencias que caracterizan a estos contrastan con la bondad de
Benina, condenada a sobrevivir en un entorno hostil sin perder ni un
solo instante su dignidad.
Es
una novela emblemática sobre la marginación social y una crítica
intemporal a la sociedad y a los valores que la sustentan.
Su
título encierra un doble sentido, que si bien parece inspirado por
el nombre de la popular institución de beneficencia (el Hospital de
la Misericordia de Madrid), con más contundencia argumental hace
referencia al supuesto atributo divino, encarnado en la piedad de su
protagonista, la criada y mendiga Benina.
Y
Madrid es el escenario que se presenta como un espacio físico y
emocional que se desmorona. De entre sus ruinas, el escritor va
rescatando una interminable lista de supervivientes: burgueses
miserables como doña Paca y sus hijos (Obdulia y Antoñito) salvados
de la indigencia más penosa por una herencia casi surrealista, y frente
a ellos, en un halo de gloria, miserables mendigos, ciegos que saben
ver y criadas cercanas a la santidad.
Galdós
abordó Misericordia
en
el zenit de su profesionalidad y honradez como escritor. Algunos
críticos y galdosistas la consideran, junto a Fortunata
y Jacinta,
una de las obras del autor con valores universales.
Esta
obra ha sido llevada al teatro, la televisión y el cine en
diferentes versiones.
Con
la colaboración del CAL (Centro Andaluz de las Letras).
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