Hoy
se cumplen 90 años de su nacimiento y 38 de su muerte
Tan
tan tan tan tan, tan tan tan tan tan… Miles de niños españoles
crecimos con esta sintonía como telón de fondo. Era la banda sonora
del programa de Félix Rodríguez de la Fuente: ‘El hombre y la
tierra’. De su mano, aprendimos a amar a los animales y a tomar
conciencia de la importancia de preservar el medio ambiente. Aquel
estomatólogo, biólogo autodidacta, cambió nuestras vidas. El
‘amigo Félix’ nos enseñó a amar a los animales, a respetarlos
e incluso a tomar cariño a especies tan denostadas como el ‘hermano
lobo,’ que daba esquinazo a Caperucita para convertirse en uno más
de nuestra camada.
Divulgador
de talento, fue un naturalista vocacional y prolífico pero, por
encima de todo, un portentoso divulgador. Su carrera mediática,
iniciada en 1962 en un programa de Televisión Española al que había
acudido como invitado, fue meteórica. La cadencia de su voz y su
magnetismo personal seducían a la cámara y a los televidentes, su
prosodia no tenía parangón. Entre 1970 y 1972 inició su
trayectoria como productor televisivo con ‘Planeta Azul’, serie
que le daría reconocimiento mundial.
Había
nacido una estrella
Su
talento de animal mediático no tenía límites, así que su
incursión en la radio no se hizo esperar. Félix realizaría el
programa ‘La aventura de la vida’ (1973) y otros espacios, como
‘Planeta agua’ y ‘Objetivo: salvar la naturaleza’, subyugando
a sus oyentes con su oratoria.
Félix
era un luchador de claras convicciones. Ecologista convencido en una
época en la que tal término era prácticamente desconocido, entregó
su vida a la preservación de la naturaleza y la fauna.
No
pocos hogares cuentan en sus librerías con aquellos tomos de ‘piel’
de la famosa ‘Enciclopedia Salvat de la Fauna’. Lo podríamos
cuantificar incluso, dado que en nuestro país vendió 18 millones de
volúmenes. La obra fue traducida a catorce idiomas y se publicó en
cinco continentes.
El
naturalista español más divulgativo supo canalizar su don de gentes
y consiguió inculcar también el respeto por el medio ambiente,
convirtiéndose en el precursor de la defensa del medio ambiente y la
concienciación ecológica en nuestro país.
Félix
entregó su vida a la preservación de la naturaleza y la fauna
Pero
sería ‘El hombre y la tierra’ y su tan tan tan tan tan tan tan
lo que le lanzaría a la fama. 124 capítulos, rodados en su mayoría
en España en 35 milímetros (¡uf!) lo consagrarían como nuestro
Gerald Durrell nacional.
Félix
nos acercaba a los animales como nadie. Filmaba imágenes impactantes
–que nos parecían imposibles– de la vida cotidiana del azor, la
hiena, el buitre leonado o el cocodrilo. Los planos que rodaba dieron
la vuelta al mundo, conquistaron altas audiencias y cosecharon
numerosos premios.
El
naturalista era nuestro héroe, pero él, que se había entregado al
salvamento de especies animales en peligro de extinción, tenía los
días contados. Así una jornada que debía ser especialmente feliz
se tornó en aciaga.Aquel 14 de noviembre Félix cumplía 52 años.
Con el equipo de ‘El hombre y la tierra’ se encontraba en pleno
círculo polar para asistir a la filmación del ‘National Skimo Dog
Race Contest’, una carrera de perros de esquimal que precede a una
feria tradicional en la que los inuit platican y comercian con sus
perros.
Al
subir al helicóptero, Félix contempla ensimismado el paisaje y
afirma: “¡Qué lugar más hermoso para morir! Pocos minutos
después, la nave se estrella. Félix Rodriguez de la Fuente fallece
en el acto. Miles de niños lloramos al ‘amigo Félix’ tras
conocer el suceso, que supuso un auténtico duelo nacional. El mejor
amigo de los animales había dejado de existir.
La
muerte del ‘amigo Félix’ supuso un auténtico duelo nacional
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