El
más famoso pirata inglés, héroe en su país y demonio para los
españoles a los que saqueó sin misericordia en el siglo XVI,
nació en Tavistock, Devon, en una familia de granjeros protestantes.
A los 13 años, Francis Drake zarpó a la mar en un carguero en el
que aprendió a navegar y fue ascendiendo hasta convertirse en
capitán con sólo 20 años. Tenía 23 cuando hizo su primer viaje a
América en compañía de John Hawkins, su primo segundo. Juntos
fletaron la primera expedición inglesa para comerciar con esclavos.
Tras ser atacados por una flota española que destruyó dos naves,
Drake emprendió una guerra personal contra España que le ocupó
toda su vida.
Expedición
de castigo en Irlanda del Norte
En
1572 dirigió una expedición de saqueo contra las plazas hispanas
del Caribe y tomó el puerto de Nombre de Dios. Desde un alto situado
en el istmo de Panamá divisó por primera vez el océano Pacífico.
En 1573 regresó a Inglaterra con una carga de plata española y la
reina Isabel lo tomó bajo su protección, aunque no podía
reconocerlo oficialmente dado que había firmado una tregua temporal
con Felipe II. Eso no fue obstáculo para que le ayudara en sus
expediciones y le encargara importantes misiones.
En 1575, Drake iba al mando de los barcos que transportaban tropas y colonos ingleses al Ulster, acción que se saldó con la masacre de 600 hombres, mujeres y niños irlandeses después de que se hubieran rendido. En diciembre de 1577, Isabel I lo envió en secreto a una expedición contra las colonias españolas. Tras zarpar de Plymouth con cinco barcos y 166 hombres y cruzar el Atlántico, tuvo que abandonar dos naves en el estuario del Río de la Plata. En agosto de 1578 se adentró con las tres naves restantes en el estrecho de Magallanes hasta alcanzar el Pacífico, donde las tormentas destruyeron una de las naves y obligaron a otra a volver a Inglaterra.
En 1575, Drake iba al mando de los barcos que transportaban tropas y colonos ingleses al Ulster, acción que se saldó con la masacre de 600 hombres, mujeres y niños irlandeses después de que se hubieran rendido. En diciembre de 1577, Isabel I lo envió en secreto a una expedición contra las colonias españolas. Tras zarpar de Plymouth con cinco barcos y 166 hombres y cruzar el Atlántico, tuvo que abandonar dos naves en el estuario del Río de la Plata. En agosto de 1578 se adentró con las tres naves restantes en el estrecho de Magallanes hasta alcanzar el Pacífico, donde las tormentas destruyeron una de las naves y obligaron a otra a volver a Inglaterra.
Drake,
que navegaba en su buque insignia Golden Hind, recorrió la
costa chilena, donde saqueó Valparaíso y capturó varios barcos
españoles, lo que le permitió usar sus cartas de navegación. En su
periplo hacia el norte recaló para reparar su barco en una bahía
californiana que hoy lleva su nombre. Luego puso rumbo oeste a través
del Pacífico y llegó a las Molucas, las Célebes y Java, bordeó el
cabo de Buena Esperanza y finalmente volvió a Londres en septiembre
de 1580 con una gran carga de especias y tesoros. Fue aclamado como
el primer inglés que había dado la vuelta al mundo y la reina le
nombró Sir. Después fue alcalde de Plymouth, miembro del Parlamento
y vicealmirante de la Marina Real.
Tras
participar en la victoria contra la Armada Invencible, fue a Portugal
para liderar una rebelión contra Felipe II y de paso saqueó La
Coruña. Al no lograr ocupar Lisboa, se embarcó en una larga y esta
vez desastrosa campaña contra la América hispana, en la que sufrió
varias derrotas. Su final llegó tras un ataque frustrado a San Juan
de Puerto Rico, donde sobrevivió a los cañonazos pero no a la
disentería. En su honor, su tripulación saqueó y quemó Portobelo,
mientras las campanas de las iglesias de Castilla lo celebraban
repicando y Cervantes y Quevedo dedicaban versos a la muerte del más
innoble enemigo de Felipe II.
Pleno
contra la armada invencible
La
más famosa anécdota sobre la participación de Drake en la victoria
de los ingleses (y de los elementos) sobre la Armada Invencible
refiere que estaba jugando a los bolos en Plymouth cuando recibió
noticias de que la flota de Felipe II se acercaba, a lo cual repuso
que primero terminaría la partida y luego derrotaría a los
españoles.
Los
hechos probados son que en 1587, después de haberse dedicado a la
piratería en las Antillas durante años y haber obtenido cuantiosos
botines, el marino británico volvió a Europa. Antes de recalar en
Inglaterra aprovechó para saquear Cádiz, donde destruyó más de 30
barcos destinados a la famosa flota que se prepa raba para atacar
Gran Bretaña, lo cual retrasó los planes de invasión por un año.
Cuando finalmente esta se produjo, en julio y agosto de 1588, Drake,
como vicealmirante de la Royal Navy, participó en la captura del
galeón Rosario, que llevaba dinero destinado a la guerra de Flandes,
de su almirante Pedro de Valdés y de la tripulación.
Después,
el 29 de julio, el pirata hizo quemar varios barcos y obligó a la
mayoría de los capitanes de la Invencible a romper la formación y a
salir de Calais hacia mar abierto. Al día siguiente estuvo presente
en la Batalla de Gravelines.
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