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CLEOPATRA, LA PRIMERA FEMME FATALE


La reina egipcia Cleopatra subió al trono con 18 años y tuvo una vida llena de amantes, traiciones y guerras por el poder. Su leyenda la convierte en uno de los personajes más populares de la Antigüedad.
Cleopatra lanzó una tímida mirada tras su velo de rubíes y esmeraldas. ¿Tímida? No, esa diosa de seducción no conoce la timidez. En sus ojos se oculta una determinación y ferocidad propias de una pantera. Los adornos de oro y el enorme trono le sientan bien, como si fuesen parte de ella misma y no hubiese nadie más que fuera digno de vestirlos sobre su cuerpo o de sentarse en él. Hay un aroma en el ambiente, un canto de sirena en el aire que hace imposible dejar de contemplar ese rostro inteligente y místico que bien podría pertenecer a una diosa. Cleopatra, la última reina del Nilo, sonríe con dulzura mientras su mente traza el siguiente movimiento, como una cobra a la espera de atacar.
Envuelta en un halo de misterio, el personaje de Cleopatra es uno de los más populares de la Historia Antigua. Reina desde la temprana edad de 18 años, fue una de las grandes líderes del olvidado Egipto farónico y defendió su derecho al trono con fiereza. Traicionada por su hermano y marido, se vio obligada a huir y refugiarse en los brazos de Roma bajo la protección del poderoso Cayo Julio César, una relación de ayuda mutua y fascinación más que de verdadero amor. El otro gran nombre que quedó grabado en la historia y en el corazón de la reina fue el de Marco Antonio, quien la acompañó hasta su caída final y el ocaso de sus días.
Las muchas lagunas de información que hay en torno al personaje hacen que sea objeto de numerosos estudios con el objetivo de aportar algo de luz sobre sus sombras. Las novelas, leyendas o películas que su figura ha protagonizado la han convertido en un icono de sensualidad y seducción, una mujer embriagadora con altas expectativas sobre su lugar en el mundo y capaz de pasar por encima de cualquiera para mantenerse en el trono que era suyo por derecho de nacimiento. Cleopatra fue una reina dentro y fuera de su palacio, una mujer fuerte que, tanto tiempo atrás, pasó a la historia por ser una líder capaz e implacable. Una leyenda escrita con veneno de serpiente.

Macedonia de nacimiento con sangre africana

La conocida reina del país del Nilo nació en el año 69 a.C. en Macedonia, y no fue hasta más adelante que visitó el lugar en que reinaba su familia, la dinastía Ptolomies, desde la muerte de Alejandro Magno. Hija de Ptolomeo XII Auletes y Cleopatra VI, los últimos estudios parecen indicar que su madre era de origen africano.

Casada con su hermano y desterrada por el mismo

Cleopatra subió al poder con 18 años. En el testamento de su padre figuraba que debía reinar junto a su hermano Ptolomeo XIII, un niño de 12 años con el que no tenía muy buena relación. El joven faraón resultó ser extremadamente manejable, y se dejó convencer por sus consejeros para tomar el poder y expulsar a su hermana, que se refugiaría en Alejandría a la espera de poder recuperar el trono.

Amante de dos generales romanos

La vida amorosa de Cleopatra es uno de los aspectos más conocidos de su persona, en parte debido a la leyenda que surge en torno a ella. Durante su exilio en Alejandría conoció al gran Julio César, con quien mantuvo una relación amorosa hasta el asesinato de este y con quien tuvo un hijo, Cesarión. En el 41 a.C., se encontraría con el general romano Marco Antonio, con quien tuvo un largo romance. Se casó con él y tuvieron tres hijos. El amor entre el general y Cleopatra es el más conocido y mitificado.

Ascenso al poder

Para hacer frente a su hermano, reunió a un ejército que le fuese fiel y, ayudada por el poder de su nuevo amante, Julio César, derrotó a las fuerzas de Ptolomeo XIII y fue proclamada reina de Egipto. Tras iniciar un romance con Marco Antonio, gobernaron de forma conjunta durante más de una década para mantener la independencia de Egipto. Su mandato terminó cuando Octavio, conocido como Augusto al ser nombrado emperador, se enfrentó a ellos y los derrotó en la batalla de Actium.

Asesinó a sus hermanos

Tras derrotar a Ptolomeo XIII y reconquistar el poder, Cleopatra empezó a gobernar junto a su hermano menor, Ptolomeo XV, hasta que este fue asesinado y sustituido como co-regente por el hijo que tuvo con Julio César, Cesarión. Puede que para evitar nuevas traiciones por parte de sus familiares o porque no tenía intención de que nadie dudara de su derecho al trono, Cleopatra fue la responsable del asesinato de los dos hermanos que le quedaban: Ptolomeo XIV y Arsínoe IV.

Brillaba por su inteligencia

Aunque siempre se habla de su indudable encanto y es considerada un modelo de belleza, numerosos textos parecen indicar que lo que realmente la hacía atractiva era su inteligencia. Plutarco, historiador enemistado con la reina egipcia, afirmaba que Cleopatra poseía un encanto irresistible nacido de la conversación. Los estudios parecen indicar que hablaba más de una decena de idiomas y que era una apasionada de las ciencias, habiendo recibido una completísima educación en matemáticas, filosofía, astronomía u oratoria.

Última reina del Antiguo Egipto

Cleopatra gobernó durante los últimos años de decadencia de la dinastía ptolemaica. La previa muerte de sus padres y todos sus hermanos hizo que ella y sus hijos fuesen los últimos miembros de esta familia real. El único hijo que tuvo con Julio César, Cesarión, fue asesinado por orden de Octavio y la suerte de sus otros vástagos ha sido olvidada con el paso del tiempo, aunque los documentos apuntan a que fueron hechos prisioneros de Roma. Cleopatra, con su muerte, puso fin a la época faraónica y dio comienzo al dominio total de Roma sobre las tierras del Nilo.

Maquillaje y cuidados

La imagen de Cleopatra que ha trascendido a la historia es la de una hermosa mujer de pelo negro y ojos pintados de tonos verdes o azules. Los últimos estudios parecen indicar que ese maquillaje estaba hecho a base de plomo y era utilizado para proteger los ojos de algunas enfermedades, una práctica común en el Antiguo Egipto. Además, son de sobra conocidos los cuidados que la reina egipcia recibía, como los baños en leche de burra y miel.

Aficionada a los venenos

Numerosos documentos parecen indicar que Cleopatra sentía fascinación por el mundo de los venenos y que solía experimentar con diversas sustancias para encontrar una fórmula letal e indolora. Algunas de las sustancias empleadas podrían haber sido belladona o veneno de serpiente, y es por esto que existe la difundida teoría de que se suicidó dejándose morder por una serpiente aspid. Su deseo de encontrar un veneno rápido e indoloro suele utilizarse para justificar que la reina contaba con la posibilidad de una derrota en algún momento de su vida y su deseo de no ser cogida viva.

Reencarnación de Isis

En la mitología egipcia, Isis es la diosa principal de su panteón. Hermana y esposa de Osiris, representaba a la madre y a la reina y era considerada diosa de todos los dioses. Tal vez por su propia ambición, Cleopatra veía en ella misma una reencarnación de esta deidad, siendo conocida como ‘La Nueva Isis’. Esta personificación divina en su persona le concedía un enorme poder e influencia entre sus seguidores, que llegaban incluso a adorarla como a una diosa.

Club de borracheras

Cleopatra y Marco Antonio parecían compartir, además de su amor y sus ansias de poder, una afición por la bebida y las orgías. Según antiguas fuentes, durante el primer invierno que pasaron juntos crearon una sociedad en la que se dedicaban a beber hasta caer inconscientes, comer hasta vomitar, participar en orgías o salir a las calles de Alejandría disfrazados para gastar bromas a sus habitantes.

Comandante de su propia flota

El matrimonio de Cleopatra y Marco Antonio fue utilizado por Octavio, rival político del primero, para desprestigiar al general romano afirmando que este era un traidor seducido por una reina enemiga de Roma. Cuando sus fuerzas se enfrentaron en la batalla de Actium, Cleopatra en persona comandó más de una docena de barcos de guerra junto a la flota de Marco Antonio, pero sus esfuerzos combinados no fueron suficientes para derrotar a Octavio.

Muerte de la dama del Nilo

Tras la derrota de Actium, Cleopatra y Marco Antonio se replegaron a Alejandría perseguidos de cerca por su rival. Marco Antonio, habiendo leído un documento falso que confirmaba la muerte de su amada, decidió suicidarse clavando un puñal en su estómago. Cleopatra, sola y vencida, siguió su mismo destino. La leyenda dice que se dejó morder por una serpiente aspid, símbolo de realeza en Egipto, pero los últimos estudios parecen indicar que es poco probable que fuese así como lo hizo. Un puñal o un tónico de efecto rápido a partir del veneno de la serpiente son más probables.

Su tumba

Cleopatra, con su suicidio, llevó a cabo un último acto de rebeldía con el que oponerse a Octavio. El hecho de que aún estuviera rodeada de siervos fieles a ella hace más que probable que la reina tuviera un entierro a su altura. El lugar de reposo de esta interesante mujer, que ya en su tiempo hizo lo necesario para mantenerse en el poder y no dejarse dominar en un mundo de hombres, sigue oculto bajo las arenas del desierto. El lugar que señalan casi todas las teorías son las ruinas de Taposiris Magna, a 45km de Alejandría. Se trata del equivalente al Valle de los Reyes para la dinastía ptolemaica, y en su interior guarda un templo dedicado a Osiris e Isis.

El mes de agosto marca su derrota final

Cuando Octavio fue nombrado emperador, pasando a llamarse Augusto, tuvo la oportunidad de nombrar un mes que le conmemorase. En lugar de elegir septiembre, mes de su nacimiento, decidió que fuese el actual agosto. Fue durante el octavo mes del año cuando Cleopatra y Marco Antonio fueron derrotados y se suicidaron y el nuevo emperador romano quiso homenajear la derrota de dos de sus más grandes enemigos.

Reinterpretación en la cultura popular

Los pocos datos confirmados que se tienen sobre ella y la intensa vida que tuvo la joven reina han convertido a Cleopatra en uno de los personajes más populares de la cultura popular. La imagen que nos ha llegado de ella es la de una mujer inteligente, calculadora e indescriptiblemente hermosa, una de las primeras femme fatale que han llegado hasta nuestros días. Puede que la versión que más se recuerde de Cleopatra es a la que dio vida la despampanante Elizabeth Taylor en ‘Cleopatra’, la película de 1963, que se convirtió en una de las películas más caras del cine de su época: 44 millones de dólares. El popular videojuego ‘Assassins Creed: Origins’ narra las disputas por el poder que tuvo contra su hermano Ptolomeo XIII.

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