SEGÚN VIRIATO
Aunque se atribuye
la siguiente anécdota a Viriato, según los historiadores clásicos más
bien parece un cuento o una historia narrada con el objetivo único de su
moraleja, por lo que puede ser tan cierta como incierta.
Tucci,
nombre con el que se conocía a la localidad de Martos, en Jaén, era leal
a Viriato por un tiempo para dejar de serlo y pasarse al lado romano y
tornar de nuevo al otro bando. Viriato cansado de esto les contó lo siguiente:
Un hombre, ni joven ni viejo, tomó dos esposas, una muy joven y la
otra de más edad que él. La joven, con el deseo de que no desentonara
junto a ella, le iba arrancando las canas de la cabeza poco a poco. En
cambio, la otra esposa, mayor que el hombre, le iba arrancando los pelos
negros para dejarlo cano por completo y así no parecer que era mucho
mayor ella que él. Al final, el hombre acabó calvo.
Viriato,
narrado esto, prosiguió: y lo mismo les ha de pasar a estos hombres de
Tucci, ya que mientras los romanos matan a los que me siguen, yo no
puede dejar con vida a aquellos que han hecho causa con el enemigo. Así,
pronto Tucci se verá despoblada.