La expresión en latín clásico ‘Mens sana
in corpore sano’, cuya traducción es ‘Una mente sana en un cuerpo sano’
está extraída de uno de los poemas satíricos escritos por el autor
romano Décimo Junio Juvenal, a caballo entre los siglos I y II d.C.
Concretamente pertenece a la Sátira X (línea 356) en el que la frase entera dice:
‘Orandum est ut sit mens sana in corpore sano’
(Debemos orar por una mente sana en un cuerpo sano)
Evidentemente, hay que encuadrar la frase dentro del contexto de la época, en la que las civilizaciones daban un estricto valor y gran importancia a la formación intelectual, atlética y espiritual del individuo (mente, cuerpo y alma).
Se calcula que fue hacia el último cuarto del siglo XIX cuando la expresión ‘mens sana in corpore sano’, tal y como nos ha llegado hasta nosotros, empezó a utilizarse con el fin de popularizar las técnicas de gimnasia moderna, por aquel entonces cada vez más de moda, y para ello se comenzó a pronunciar sin la vinculación religiosa, tal como hacía la frase en su origen (Orandum est ut sit).
En ese tiempo, el concepto que asociaba tener una mente sana con un cuerpo sano también se popularizó en gran medida gracias al entusiasmo de Pierre de Coubertin, quien luchó para difundir las ventajas del ejercicio físico y trabajó incansablemente por recuperar los Juegos Olímpicos.
Concretamente pertenece a la Sátira X (línea 356) en el que la frase entera dice:
‘Orandum est ut sit mens sana in corpore sano’
(Debemos orar por una mente sana en un cuerpo sano)
Evidentemente, hay que encuadrar la frase dentro del contexto de la época, en la que las civilizaciones daban un estricto valor y gran importancia a la formación intelectual, atlética y espiritual del individuo (mente, cuerpo y alma).
Se calcula que fue hacia el último cuarto del siglo XIX cuando la expresión ‘mens sana in corpore sano’, tal y como nos ha llegado hasta nosotros, empezó a utilizarse con el fin de popularizar las técnicas de gimnasia moderna, por aquel entonces cada vez más de moda, y para ello se comenzó a pronunciar sin la vinculación religiosa, tal como hacía la frase en su origen (Orandum est ut sit).
En ese tiempo, el concepto que asociaba tener una mente sana con un cuerpo sano también se popularizó en gran medida gracias al entusiasmo de Pierre de Coubertin, quien luchó para difundir las ventajas del ejercicio físico y trabajó incansablemente por recuperar los Juegos Olímpicos.