Médico
alemán.
Ejerció la medicina en Viena, utilizando unos métodos que
denominaba magnéticos y que se basaban en los fenómenos de
sugestión. Según su doctrina del «magnetismo», cada organismo
poseía un fluido magnético que podía ser transmitido a los demás.
Acusado de impostor y rechazado por los representantes de la medicina
vienesa, se instaló en París, ciudad donde consiguió sus mayores
éxitos. Escribió numerosas obras, entre las que destacan Memoria
sobre el descubrimiento del magnetismo animal
(1779) y Memorias
de F.A. Mesmer, doctor en medicina, sobre sus descubrimientos
(1799).
Aunque
sigue siendo una práctica cuestionada por muchos expertos, la
hipnosis se ha convertido en un método útil para potenciar los
efectos de la psicoterapia en casos de insomnio, tabaquismo e incluso
estrés postraumático. Sin embargo, en sus inicios la hipnosis era
un procedimiento acientífico cuyo mecanismo no era conocido ni por
quienes lo usaban. Durante mucho tiempo la hipnosis fue
conocida como “mesmerismo” en honor a Franz Mesmer,
el médico que popularizó esta técnica.
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