Mujer
memorable y una de las figuras intelectuales francesas más
importantes y comprometidas de mediados del siglo XX como novelista,
filósofa existencialista y feminista.
Pensadora
y novelista francesa, representante del movimiento existencialista
ateo y figura importante en la reivindicación de los derechos de la
mujer. Originaria de una familia burguesa, destacó desde temprana
edad como una alumna brillante. Estudió en la Sorbona y en 1929
conoció a Jean-Paul Sartre, que se convirtió en su compañero
durante el resto de su vida.
Se
graduó en filosofía y hasta 1943 se dedicó a la docencia en los
liceos de Marsella, Ruan y París. Su primera obra fue la novela La
invitada (1943), a la que siguió La sangre de los otros
(1944) y el ensayo Pyrrhus y Cineas (1944). Participó
intensamente en los debates ideológicos de la época, atacó con
dureza a la derecha francesa, y asumió el papel de intelectual
comprometida. En sus textos literarios revisó los conceptos de
"historia" y "personaje" e incorporó, desde la
óptica existencialista, los temas de "libertad",
"situación" y "compromiso".
Fue
fundadora junto a Sartre, A. Camus, y M. Merleau-Ponty, entre otros,
de la revista Tiempos Modernos, cuyo primer número salió a
la calle el 15 de octubre de 1945 y se transformó en un referente
político y cultural del pensamiento francés de mitad del siglo XX.
Posteriormente publicó la novela Todos los hombres son mortales
(1946), y los ensayos Para una moral de la ambigüedad (1947)
y América al día (1948).
Su
libro El segundo sexo (1949) significó un punto de partida
teórico para distintos grupos feministas, y se convirtió en una
obra clásica del pensamiento contemporáneo. En él elaboró una
historia sobre la condición social de la mujer y analizó las
distintas características de la opresión masculina. Afirmó que al
ser excluida de los procesos de producción y confinada al hogar y a
las funciones reproductivas, la mujer perdía todos los vínculos
sociales y con ellos la posibilidad de ser libre. Analizó la
situación de género desde la visión de la biología, el
psicoanálisis y el marxismo; destruyó los mitos femeninos, e incitó
a buscar una auténtica liberación. Sostuvo que la lucha para la
emancipación de la mujer era distinta y paralela a la lucha de
clases, y que el principal problema que debía afrontar el "sexo
débil" no era ideológico sino económico.
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