El
Palacio de Invierno de San Petesburgo, Rusia, es
la
galería de arte más grande en el mundo.
Para visitar las 322 salas y 3.000.000 de obras de arte y restos
arqueológicos hay que caminar 24 kilómetros.
El
palacio fue construido en una escala monumental cuyo objetivo era ser
el reflejo de la grandeza y el poder de la Rusia
Imperial.
Desde el palacio, el zar
y autócrata
de todas las Rusias gobernaba sobre un territorio de 22.400.000 km²
(casi 1/6 de la superficie continental terrestre) y sobre 176,4
millones de personas.
Es
el producto del diseño de numerosos arquitectos, entre los que se
destaca el trabajo de Bartolomeo
Rastrelli,
en lo que se denominó el estilo barroco
isabelino
(por la época del reinado de isabel
I de Rusia);
el palacio verde y blanco posee la forma de un rectángulo alargado.
El
palacio posee 1.786 puertas, 1.945 ventanas, 1.500 habitaciones y 117
escaleras. Su fachada
principal mide 150 m de longitud y 30 m de altura.
La
reconstrucción de 1837 no modificó la apariencia exterior, pero se
rediseñaron grandes sectores de su interior en una variedad de
estilos y gustos, por lo cual el palacio es descrito como "un
palacio del siglo XIX inspirado en un modelo de estilo rococó."
La
historia del Palacio de Invierno está muy relacionada con la del
Museo
del Hermitage,
uno de los más importantes del mundo. Las obras de arte usadas para
su decoración, tras muchos avatares históricos, son las bases del
las colecciones del museo. Asimismo
el palacio es el principal edificio, junto a otros, del complejo que
lo forman.
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