En
la época de la Monarquía Hispánica, las grandes batallas no solo
se libraban a nivel militar. Descubre los sofisticados servicios de
inteligencia de los estados modernos.
El
matrimonio de los Reyes
Católicos marca el comienzo de
lo que se denomina como Monarquía
Hispánica, y
que muchos sitúan también como el inicio de la Edad Moderna.
Posteriormente, con el descubrimiento y conquista de América, el
territorio regentado por Isabel y Fernando se convirtió en un vasto
imperio que abarcaba varios continentes.
¿Cómo
fue posible mantener la hegemonía española durante tanto tiempo?
No todo fue gracias a guerras y batallas: previamente se dieron
silenciosas pero efectivas ‘guerras de inteligencia’ que tuvieron
como escenarios palacios, embajadas, tabernas y callejones.
Los
servicios secretos de la Monarquía Hispánica en los siglos XVI y
XVII no formaban una estructura independiente, sino que formaban una
actividad reglada y organizada dentro del sistema de gobierno. La
cúpula del espionaje estaba formada por el rey (o su valido) y el
secretario del Consejo de Estado, que tomaban y transmitían
decisiones sobre el
fichaje de espías, la autorización de misiones, el pago a los
agentes o el uso de la cifra y el correo.
Los
servicios secretos de la Monarquía Hispánica fueron bastante
efectivos, especialmente en el siglo XVI, y sostuvieron una malla de
tráfico de información secreta en las principales ciudades europeas
y del mundo
turco-berberisco (donde se jugaban las grandes partidas de espías):
Londres, París, Estambul, Argel, Roma, Génova, Nápoles y, sobre
todo, Venecia,
que fue sin duda la capital mundial del espionaje en los siglos XVI y
XVII.
Espionaje
y
contraespionaje, flujos de información muy vinculados al comercio y
al transporte, dobles agentes, criptografía, escritura cifrada…
los servicios de inteligencia fueron un instrumento esencial para los
gobernantes de aquella época. Las actividades de los servicios
secretos se apoyaban en el concepto político de ‘Razón de
Estado’, una corriente de pensamiento que viene a sostener que el
interés supremo es el mantenimiento del Estado, y para ello se deben
usar todos los medios posibles, aunque eso suponga estar al margen de
las leyes. El
soborno o el asesinato político eran pues, acciones legítimas y
necesarias.
En
esta galería de fotos hacemos un recorrido por algunas de las piezas
expuestas en la muestra “Espías:
servicios secretos y escritura cifrada en la monarquía hispánica”,
que se puede visitar en el Archivo General de Simancas hasta julio de
2019.
El
Espía Mayor de la Corte, ¿un antecedente del CNI?
Esta
imagen muestra la carta de Juan Velázquez de Velasco al rey Felipe
III, fechada el 28 de enero de 1599. Velázquez había asumido el año
anterior la jefatura de los servicios secretos, y en esta misiva
realizaba varias solicitudes al monarca, entre ellas la de poder
centralizar en su persona toda la información obtenida por los
espías, para así poder preparar informes útiles de cara a la toma
de decisiones relevantes. Velázquez
conseguiría ser nombrado encargado de la ‘Superintendencia y
correspondencia general de las inteligencias y cosas secretas’,
un oficio que acabaría recibiendo la simple denominación de ‘Espía
Mayor’ y que puede considerarse como un antecedente remoto del
actual Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
Argel,
la codiciada república corsaria
En
el siglo XVI Argel disponía de cierta autonomía dentro del Imperio
Otomano, y se dedicaba al negocio del corso y al cobro de rescates
por la liberación de los cautivos, constituyendo un peligro para la
navegación y los intereses comerciales de España. Debido a ello,
hubo varios intentos fallidos de tomar la ciudad, y muchos de los
cautivos de Argel, como el mismo Miguel
de Cervantes,
proporcionaron información útil a la Monarquía Hispánica.
Este
plano de Argel fue elaborado en la época
de Felipe III para el proyecto ‘Jornada secreta’ de Argel, que
nunca llegó a ejecutarse pero constituyó el más ingente esfuerzo
para tomar la ciudad.
Instrucciones
y lenguaje cifrado
En
esta imagen vemos, a la izquierda, la carta con las instrucciones
entregadas al espía Juan Seguí, de Menorca, cuando fue enviado a
Constantinopla a finales de diciembre de 1586. A
la derecha podemos ver la cifra que debía utilizar para descifrar la
correspondencia que mantuviese con el virrey de Nápoles,
que sería su superior jerárquico. Los expertos desconocen el
funcionamiento de esta misteriosa clave de cifrado.
La
tinta invisible
Este
documento es una nota del siglo XV, probablemente de un espía
italiano, y dirigida a la Embajada de España en Venecia. El agente
indica que las cartas que envía estarán escritas con tinta
invisible, y explica el procedimiento que seguirá para ello: se
escribía sobre el papel el mensaje secreto con una disolución de
‘vitriolo romano’ (sulfato) pulverizado en agua;
luego se escribía sobre el papel cualquier contenido no secreto con
una solución de carbono de sauce con agua. Para hacer legible el
texto secreto se fregaba el papel con una disolución de galla de
Istria pulverizada en agua.
Escritura
microscópica
En
este documento se incluyen dos ejemplos de escritura microscópica,
otra de las técnicas empleadas por los espías para hacer llegar sus
mensajes. El autor es el italiano Carlos Fantino, que fue recomendado
como agente dada su extraordinaria habilidad para escribir en letra
minúscula.
Instrucciones
para apresar al comunero traidor
Antonio
Rincón, un simpatizante de la causa comunera, se puso al servicio
del Rey Francisco I e intervino en asuntos que iban en contra del
emperador
Carlos V.
En 1530 el embajador español en Venecia envió a Carlos V una carta
parcialmente cifrada en la que incluía información sobre los
movimientos de Rincón e instrucciones para apresarle.
Plano
de Bayona
Sebastián
de Arbizu fue un navarro exiliado en Francia que en 1592 se convirtió
en espía al servicio de las autoridades españolas. Entre otras
actividades, participó en las tramas de los servicios
secretos orientadas a lograr la entrega de la estratégica ciudad de
Bayona.
En la imagen vemos un plano realizado por un espía de la época, que
muestra las defensas de la fortificación.
El
diccionario criptográfico de los Reyes Católicos
Durante
el reinado de los Reyes
Católicos
se potenció mucho el desarrollo de la criptografía y de la
correspondencia cifrada para garantizar el secreto de las
comunicaciones. En la imagen vemos una cifra que se aplica a la
correspondencia entre el embajador Puebla y los Reyes Católicos. El
original es un documento de 71 hojas en que se relacionan 2400 cifras
(números romanos) que sustituyen a múltiples palabras y
expresiones, las cuales figuraban agrupadas alfabéticamente
conformando una especie de diccionario criptográfico.
Simplificando
la cifra
El
sistema de cifrado que empleaba números romanos, visto en la
anterior imagen, era bastante confuso y daba lugar a muchos errores
en las operaciones de cifrado y descifrado. Por ello, la
correspondencia entre el embajador Puebla y los Reyes Católicos
acabó usando el sistema que vemos en esta imagen, que
emplea las letras del abecedario para reemplazar palabras y
expresiones.
Zona
de trasiego de espías
El
valle del Baztán, en Navarra se ha hecho muy popular gracias a las
novelas de Dolores Redondo. Muchos siglos antes, esta zona ya era
escenario de intrigas, pues se trataba de una región de frontera con
mucho movimiento de espías. Este es un mapa del siglo XVII que
muestra los puertos y pasos de la zona.
Espiando
inventos
El
espionaje industrial también fue frecuente en tiempos de la
Monarquía Hispánica. En 1603 Pedro de Zubiaur abordó el proyecto
de construcción de un ingenio para bombear agua en el río Pisuerga,
en Valladolid (dibujo de abajo). Años antes, cuando residía en
Londres, Zubiaur espió una máquina que entonces se estaba montando
y que estaba destinada a bombear agua del Támesis.
Una
cifra muy musical
El
mundo de los mensajes cifrados es muy amplio, y cada cual le daba su
toque particular, como el caso de esta cifra en la que los signos de
reemplazo constituyen una notación musical. En la parte superior
figuran, dentro de un pentagrama, los
signos musicales que podían usarse para sustituir cada una de las
letras del abecedario.
La
exposición
En
esta galería fotográfica hemos visto algunos de los documentos y el
material explicativo que se expone en la muestra “Espías:
servicios secretos y escritura cifrada en la monarquía hispánica”.
La exposición incluye más de setenta unidades documentales
conservadas en el Archivo General de Simancas, la mayoría
procedentes del fondo generado por el Consejo de Estado.
La
exposición estará abierta hasta julio de 2019 y es gratuita. Más
información aquí.
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